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Isol, ilustradora argentina, participará en la feria de Guadalajara

Hay un momento para todo: el libro no tiene por qué competir con Internet
Foto
Abrirá el ciclo FILustra y firmará librosFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de diciembre de 2013, p. 3

Hay momentos para cada cosa, y el libro no tiene por qué competir con Internet, el cine o los videojuegos, señala Isol, ilustradora argentina que cuenta ya con varios premios y que estos días se encuentra en México para ofrecer unas conferencias; primero, el jueves pasado en la librería Rosario Castellanos, el viernes en la Universidad del Claustro de Sor Juana y la biblioteca Vasconcelos (en Buenavista), y después en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde abrirá el ciclo FILustra y firmará libros, entre otras actividades.

Hubo una época en la que para Isol todo era diferente. Comenzaba a publicar y había pocos que deseaban llevarse su firma en un libro. Una vez pasaron tres personas. Ahora estamos diciendo que hay que cortar a las tres horas, porque llega un momento en el que ya ni veo las dedicatorias, porque además les hago algún dibujito y quiero estar lúcida, no ser como una máquina.

Por eso los niños buscan sus libros y a ella. Y no sólo los más pequeños hacen fila, los adultos también. Porque sus libros no hacen una separación entre niños y adultos: gustan a todos por igual, aunque es cierto que se encuentran en la zona infantil de las librerías.

En esta discusión que separa la literatura de la pantalla (televisión, cine, computadora), que dice que lo primero es mejor que lo segundo, lo que importa para Isol “son los contenidos y la variedad. Tener tiempo para cada cosa está bueno, hay buenas películas, es un formato que puede ser buenísimo. Por ejemplo, disfruto mucho ver una buena película. Lo que antes era el zapping ahora es Internet; es como todo: hay que ofrecer opciones”.

Isol acaba de obtener el premio Astrid Lindgren Memorial, en Suecia, al que se considera el Nobel de la literatura infantil, y forma parte de una generación que peleó por que se reconociera a los ilustradores como autores de los libros. Antes, no hace mucho, esto no ocurría.

“Justo cuando empecé a trabajar comenzó a haber un movimiento en Argentina de concientización de los ilustradores de su propio trabajo, como creadores, y también de las editoriales. Por ejemplo, en 1997 el Fondo de Cultura Económica ya pagaba derechos de autor tanto al escritor como al ilustrador. Pero sigue costando trabajo, en algunos lugares más que en otros.

“Siempre se le pagó al escritor y al ilustrador no, también fue una cuestión de demostrarles cosas, de decirles: ‘miren este libro ilustrado así no lo vendes, pero ilustrado así sí lo vendes’. Mostrar que no era un adorno, que para llegar al libro alguien tuvo que tomar un montón de decisiones, y tomarlas hace que ese texto luzca o no.”

Isol estudió bellas artes: “Para mí es obvio que un artista plástico es un creador; trabajo las ilustraciones como una obra: se trabaja una estética y una opinión propia. Cuando comencé me encontraba con los que me decían ‘a nosotros no nos pagan’. Yo hablé mucho de eso; en Argentina se armó un grupo que se llama Foro de Ilustradores, que tiene más de 500 integrantes y se hizo una especie de carta o manifiesto, que se daba a todas las editoriales, porque también hay que unirse, porque si cada uno cuida su coso siempre va a haber un pobre infeliz que va a quedar afuera y que, primero, te va a arruinar el trabajo que hiciste, porque va a aceptar trabajar por nada, y encima después tampoco va a poder pelear mucho.

Es difícil, sobre todo cuando en los países hay alguna crisis, porque terminan aceptando condiciones difíciles, pero a veces hay que soportar un poco para que cambie algo. No es como en otros países, sobre todo europeos, donde hay una tradición del libro-álbum.

Para niños y adultos

Una de las características principales de la obra de Isol, quien ya tiene unos 20 libros publicados y han sido traducidos a varios idiomas, es el rompimiento de fronteras entre libros para niños y libros para adultos. “No pienso nada más para niños, sino para alguien que disfruta del libro, como yo. De hecho se me acercan muchísimos adultos que lo sienten cercanos, que ríen. No siento que haya esa gran diferencia entre niño y adulto, mucho menos cuando uno se abre e leer una obra o a compartir algo.

“Yo venía de hacer cuadros, poemas y cómics, y sé que el trabajo de estar creando una historia, un cómic, tiene una cosa muy lúdica y que necesita de un espíritu que tenga algo de niño en mis libros. Cuando vi qué tipos de libros se podían hacer lo encontré como un camino hermoso. Mis libros tienen varios niveles: de pronto un niño más chiquito se engancha con una cosa y el adulto con otra, ya sea el humor o algún aspecto un poco más oscuro. A veces pasa que hay grandes que se asustan un poco de los libros y me dicen: ‘¿cómo le voy a leer esto?’, pero los chicos se mueren de risa. Entonces, si el niño ríe, el padre también, y lo ve diferente, se le va ese miedito.”

En algunos libros ella ha sido ilustradora, en otros es autora del texto y la ilustración.

Pero definitivamente es más ilustradora, porque se me ocurren textos con imágenes, no al contrario. Quizá esa sería la diferencia. De pronto tengo poesía y cosas, pero me parece que no los trabajo tanto como una ilustración. Cuando realmente siento que los libros comienzan a tener poder y a ser más ricos es cuando los trabajo en conjunto con imágenes; eso es lo que hace un ilustrador: trabaja con ambos lenguajes. Tienes que ser muy buen lector para ser ilustrador, y buscar que ese diálogo no sea reiterativo.

(Para seguir las actividades de Isol en la FIL: www.fil.com.mx)