Don Nacho Trelles luce saludable y animoso a sus 97 años, y ayer, durante la ceremonia en la que recibió la Medalla Anáhuac al Deporte 2013, otorgado por la universidad de ese nombre, consideró que la distinción es el último eslabón de mi carrera de futbolista.

Sonriente, confesó que le gustan los homenajes y –con la fulgurante medalla en el pecho– posó para la foto junto con sus familiares que prestos lo rodearon. ¡Ellos son mi porra número uno!, expresó el técnico de la selección mexicana de futbol en los mundiales de Chile 1962 e Inglaterra 1966.

El también ex timonel del Toluca, América y Puebla tiene la marca del máximo número de partidos dirigidos: mil 83, con 463 victorias, 319 empates y 301 derrotas: no obstante, ayer poco le importó la mención de sus logros y récords a los que se refirieron en diversos discursos.

El entrenador de frases célebres y chispeante ingenio se veía cómodo, contento, a pesar de caminar apoyado en una andadera. Alzó las manos varias veces para agradecer el homenaje y la presea que le colocó el vicerrector Jaime Durán Lomelí. Se dijo muy honrado de estar ahí, en el auditorio de un recinto del saber, porque yo nunca fui bueno para la escuela, soltó entre risas.

Ignacio Trelles Campos (31 de julio de 1916) fue fiel a su estilo y habló poco: Considero que no me queda gran espacio por delante. Ahora lo que hago es ver el futbol desde un punto de vista teórico que resulta muy interesante, para así dar puntos de vista en Cruz Azul, porque todavía doy lata ahí.

Aseguró que el balompié mexicano “necesita remozarse un poco. Ojalá que quienes lo dirigen tomen en cuenta eso para hacer un plan general –bien hecho, muy inteligente– para que se considere al futbol mexicano con calidad, cuando menos en los estadios”.

El ex timonel nacido en Jalisco recibió un cuadro y un diploma. ¡A quién no le van a gustar los homenajes! Además, no me esperaba este reconocimiento importantísimo al final de mi vida de futbolista, expresó.

Tengo la fortuna de que se me tome en cuenta, cuando menos para decir algo de mí, añadió el que no hace mucho también fue reconocido por el Club Pachuca.

Trelles dirigió mil 83 partidos en su carrera de técnicoFoto José Antonio López

Manifestó que era necesario que México lograra el pase a Brasil 2014, pero advirtió: El futbol no promete nada, a veces hay que lidiar con situaciones difíciles, incómodas. Qué bueno que finalmente se clasificó y qué bueno que se esté en condiciones de tomar el nivel que se necesita para competir.

Sobre si Miguel Herrera es el estratega adecuado, dijo que no le corresponde decidir: Yo lo que quiero es que a México, con quien esté al frente, siempre le vaya bien... Hay que estar ahí, en la Copa del Mundo, después el futbol no tiene palabra de honor y sucede lo que va a suceder.

Trelles, pieza fundamental en la historia del balompié nacional, hoy se aferra a uno de los pilares de su vida: el trabajo y su enorme sentido del deber. Hace casi dos años el entrenador más ganador de todos los tiempos perdió a su compañera de toda la vida, doña Chelito, madre de sus cuatro hijos.

“Él siempre ha sido y es una persona callada, cuando perdía un partido que había preparado con mucho empeño se llenaba de silencios. Expresivo no es, aunque ya sabemos que cuando habla es agudo... Después del fallecimiento de mi mamá parecía que su mente se trasladaba hacia algún lugar, no sé si con ella, pero su sentimiento lo ahogaba.

“Sin embargo, tiene su trabajo y siguió realizándolo de forma rutinaria. Va a La Noria –las instalaciones del Cruz Azul– dos veces a la semana, aunque antes manejaba él mismo, pero ahora el club le puso un chofer”, señaló su hija María Eugenia.

“Cumple sin falla con su labor como asesor de las fuerzas básicas. Y hay una anécdota: siendo jugador de futbol un día llegó con retraso a una práctica. Se incorporó a los ejercicios e hizo todo, pero al entrenador le extrañó sobremanera que llegara tarde. No se quiso quedar con la duda y al final le preguntó ‘¿por qué llegaste tarde?’. Mi papá respondió: ‘porque vengo de sepultar a mi madre’. Eso ilustra mucho lo que es mi papi”, concluye orgullosa.