Viernes 29 de noviembre de 2013, p. 11
Édgar N., mejor conocido como El Ponchis, el niño sicario que fue liberado esta semana y llevado a Estados Unidos, no es culpable
de los crímenes que cometió (cuatro asesinatos), sino los adultos que estuvieron a su alrededor y que debieron guiarlo y sembrarle principios y valores éticos y morales, y que fracasaron en la tarea, entre ellos sus padres, sus maestros y líderes espirituales, consideró el pastor Arturo Farela Gutiérrez, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice). Farela confió en que El Ponchis pueda rehabilitarse con la ayuda de la organización que lo custodiará en San Antonio.