La Habana, 28 de noviembre.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lamentaron la enorme influencia negativa del narcotráfico en la sociedad y el Estado colombiano, pero cuestionaron los intentos por erradicar la coca, al comenzar hoy la discusión sobre drogas ilícitas como tercer punto de las negociaciones de paz con la delegación gubernamental.

Si convenimos que no es lo mismo coca que cocaína, resulta ilógico que para acabar con el problema del narcotráfico se deba entonces erradicar una planta que puede brindar beneficios a la humanidad, declaró ante la prensa el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez (Luciano Marín Arango), a su llegada al Palacio de las Convenciones de La Habana, sede de los diálogos.

Al cabo de un año de negociaciones, las partes han llegado ya a acuerdos parciales en dos de los cinco puntos de la agenda: el agro y la participación política del grupo armado.

La comitiva oficial no hizo declaraciones en esta jornada, pero su representante Humberto de la Calle dijo el miércoles en Bogotá que el gobierno de Juan Manuel Santos aspira a poner fin al cultivo de la coca porque ha creado violencia y pobreza, con lo que de entrada quedaron marcadas las divergencias entre ambas delegaciones sobre el futuro de la hoja de coca, uno de los temas claves de la negociación.

Márquez, número dos de las FARC, aseguró que la hoja de coca a través de siglos ha sido utilizada para mitigar el hambre, la sed, el cansancio, como digestivo y relajante, y está determinado por la ciencia que tiene propiedades nutricionales y medicinales. Añadió que la planta no puede erradicarse sin analizarse antes los eslabones de un millonario negocio.

Tras apuntar que la represión contra la criminalidad no debe recaer sobre los eslabones más débiles de esta cadena que son los consumidores y los campesinos, cuando los beneficiarios principales del negocio ilegal son los emporios financieros del mundo. Citó entre los consumidores a países de Europa y a Estados Unidos, y preguntó por qué no hay capturas de los capos de la distribución en suelo estadunidense.

El negociador rebelde reiteró que el flagelo del narcotráfico no puede tratarse por la vía militar, sino que requiere acuerdos con la participación de la comunidad nacional e internacional y el compromiso de las grandes potencias como principales fuentes de la demanda mundial de estupefacientes.

En Bogotá, el ex mandatario Andrés Pastrana (1998-2002) calificó al presidente Juan Manuel Santos de mentiroso y de querer robarse la paternidad del Plan Colombia, el programa de asistencia militar y de contrainsurgencia financiado por Estados Unidos. Dijo que es falso que haya salvado la economía del país, como aseguró Santos, cuando en su gobierno fue ministro de Hacienda.