La mezzosoprano mexicana estuvo a la par de Callas y Di Stefano, opina especialista
Durante 25 años cantó en los escenarios más importantes a las órdenes de Karajan y Bernstein
Jueves 28 de noviembre de 2013, p. 6
La mezzosoprano mexicana Oralia Domínguez falleció este lunes en Milán, Italia, a los 88 años de edad, informó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Nacida en San Luis Potosí, en 1925, la cantante fue una de las voces más relevantes de la ópera en el ámbito internacional. “En la época de oro que vio a la Callas, Di Stefano, Siepi, por citar sólo unos nombres egregios, la potosina estuvo a la par que todos ellos”, señala el especialista Manuel Yrízar en charla telefónica con La Jornada.
Los restos de Oralia Domínguez permanecerán en esa ciudad italiana, según informó su sobrina Laura Domínguez a través de redes sociales.
Egresada del Conservatorio Nacional de Música, en 1945 debutó en el Palacio de Bellas Artes en Manon Lescaut, de Puccini.
“Puedo afirmar que Oralia Domínguez llegó a tener la altura de las más grandes de la época de oro. Ella cantaba a la par con otras figuras desde que empezó a actuar con ellas en México, cuando estuvo en la temporada internacional en los años 50, como con la Callas, en Aída”, agrega Yrízar Rojas.
Entonces interpretó a Amneris al lado de María Callas y Mario del Mónaco en Aída. En esa función, Callas emitió por “segundo año consecutivo el ‘famoso’ Mi bemol (no escrito por Verdi) al final del concertante del segundo acto. La Domínguez integró una Amneris positivamente descomunal en concepto”, según José Carlos González publicada en la revista Proópera, en su versión en Internet.
Oralia Domínguez actuó en 1953 en la Scala de Milán, en el papel de la princesa de Bouillon en Adriana Lecouver, de Francesco Cilea.
Y durante alrededor de 25 años cantó en los más importantes escenarios del mundo, en compañía de artistas como María Callas, Mario Mónaco y Giuseppe di Stefano, y reconocidos directores como Solti, Herbert von Karajan, Lorin Maazel y Leonard Bernstein. Se retiró en 1982 con una actuación en el Palacio de Bellas Artes, en Réquiem, de Verdi.
Yrízar recuerda: “Tuve la fortuna de grabar para la televisión en el Canal Once, en 1982, su participación... dirigida por un joven de 27 años: Enrique Diemecke, en su primera actuación importante. Esa grabación existe en el Archivo Histórico de Bellas Artes y ahí se puede constatar la grandeza de Domínguez. Ahí estuvo extraordinaria. Voz y musicalidad, temperamento, personalidad, la hacen sin discusión nuestra mejor carta operática de la cuerda de mezzocontralto de nuestra historia reciente.
Toda mi admiración a la gran Oralia. Está de luto la ópera en México. Una gran perdida que en esta ocasión no es una frase hecha ni un lugar común. Que en paz descanse
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