Pornoterrorismo es un ensayo político autobiográfico, escrito por la performancera y poeta española Diana J. Torres, cuyo propósito es hablar sobre la renovación de los imaginarios de la insumisión social y la disidencia sexual, así como de la doble moral del entramado social, redactado desde la rabia y con mucho sentido del humor, explicó la autora en la presentación del volumen, que se realizó el jueves pasado en la Universidad del Claustro de Sor Juana.

“El pornoterrorismo nos recuerda nuestra carnalidad, nuestra animalidad, nuestra brutalidad y, sobre todo, nuestra sexualidad, nuestro deseo. Más aún: nos dice que todo eso que creemos nuestro es territorio colonizado por el comercio y el capitalismo, y que es nuestra responsabilidad expulsar al enemigo invasor. Nadie vendrá a salvarnos. El pornoterrorismo tampoco. Pero ‘que se atreva el tiempo duro/ a desafiar el infinito/ de una vagina y un buen gel’, clamaría Diana desde el escenario, recordando a Neruda”.

De acuerdo a Sayak Valencia, en la introducción del volumen, el pornoterrorismo no sólo es un arma discursiva, sino una práctica de desobediencia civil y sexual que nos muestra que mientras tengamos cuerpos, perseverar en la sumisión social nunca será una salida.

Previo a la presentación del libro, editado por el sello independiente Surplus y Txalaparta, el Colectivo Piernas Abiertas, desarrolló un performance; posteriormente el volumen fue comentado por la activista Claudia Llamas.

En su momento, la autora, quien se desnudó para la presentación, explicó que este libro nació de “una rabia muy personal y de la frustración de encontrarme con otros cuerpos a los que he amado y amo, que estaban profundamente heridos por una mierda de sociedad que ha utilizado a la ciencia médica, al Estado, a la academia y a la Iglesia católica, sobre todo, para definir e imponer su conducta sexual.

Las herramientas que tengo no sirven para matar, pero son perfectamente útiles para dar miedo y para aterrorizar a un sistema heteropatriarcal que se ha quedado desfasado. Lo que hago lo hago también por quienes perdieron sus vidas porque sus sexualidades o sus géneros traspasaron la frontera de la norma (lidad). Mis armas son mi cuerpo, mi palabra y mi rabia, citó Claudia Llamas, lo escrito en el libro por la autora.

Este libro es una incitación a la acción, una respuesta a ese cúmulo de violencias que se han perpetrado contra el cuerpo y la sexualidad desde diferentes frentes hetereopatriarcales, comentó Torres, quien reconoció el trabajo de la performancera mexicana Rocío Boliver, La Congelada de Uva.

“Confió –destacó Torres– en que se puede generar una revolución efectiva a través del cuerpo y la sexualidad. La prueba más clara (y a la que se dedica un capítulo en el libro) es la censura. Eso que dicen: yo traigo un mundo nuevo en mi corazón, yo ese mundo nuevo lo traigo en el coño”.

Todo lo que se apunta en el libro es autobiográfico y autosomático, detalló la autora. Entre los capítulos se encuentran sus primeras experiencia sexuales transgresoras, el miedo al placer no catalogado o deslegitimado, la lucha contra la censura sexual, el performance como herramienta del pornoterrorismo, para el que se incluye un pequeño manual. Hay un capítulo sobre los (trans)feminismos y otro en torno a la sexualidad de los discapacitados, una reflexión sobre la prostitución, mi fracaso como prostituta lésbica y finalmente un poco de poesía.