El crítico francés aborda en su nuevo libro diversas manifestaciones artísticas del país
Este jueves presentará Les peintres mexicains, 1910-1960 en el Museo de Arte Moderno
Lunes 25 de noviembre de 2013, p. a10
La fuerza de la cultura mexicana está en su capacidad de asirse a sus raíces, expresa el crítico de arte y curador francés Serge Faucherau (1939), con cuatro décadas de visitar el país, esta vez a instancias del Museo Federico Silva Escultura Contemporánea, de San Luis Potosí, con motivo del décimo aniversario del recinto.
Autor de sinnúmero de artículos, presentaciones y libros sobre México –el más reciente, Les peintres mexicains, 1910-1960 (Flammarion, 2013)–, para Faucherau la cultura es como un gran árbol: “Es posible ver las hojas, la flor, los frutas, pero no lo más relevante que está al interior del suelo y viene de muchos lugares, de otros árboles, de pequeñas plantas. El arte mexicano tiene la capacidad de usar esas raíces. El arte francés tiene raíces también, pero incluso grandes artistas como Delacroix o Monet, no las usan.
En artistas como José Clemente Orozco o Manuel Felguérez, Vicente Rojo o Saúl Kaminer, las raíces de los olmecas o los aztecas están presentes, de manera discreta, pero es posible verlas. En Francia, no
.
Próximamente, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) traducirá el volumen al español gracias a un intercambio amistoso
, informa el entrevistado. La instancia no cobró los derechos por las reproducciones y Flammarion les concedió los de la traducción.
Si en el primer libro que Faucherau escribió sobre arte mexicano, Los pintores revolucionarios mexicanos, la mayor parte fue sobre muralismo, el presente habla de pintura, cine, música, es decir, la cultura. Ante la imposibilidad de hablar de todo hasta hoy día
, el crítico de arte decidió abarcar “desde José Guadalupe Posada hasta la Ruptura, más o menos”, aunque también fue necesario hablar un poco del pasado, los periodos prehispánico, colonial y de la Revolución
.
–¿Qué lo motivó a escribir este libro?
–Estoy seguro que es necesario que Europa, por no decir el mundo, conozca este arte, esta cultura. He escrito sobre el arte de Rusia o de los países escandinavos por la misma razón. Ahora toda la historia del arte está en manos de los anglosajones, franceses y alemanes. Los otros no existen; no es natural. Creen que México es un lugar de volcanes y generales que se matan entre sí.
–Francia, sin embargo, siempre ha sido punto de referencia para los artistas mexicanos.
–Sí, y viceversa; los franceses tienen un interés particular por México, no sé por qué, será una cuestión histórica. Pero en política el gobierno de Sarkozy fue terrible para nuestra relación. Escribí tres introducciones para exposiciones que tenían que haberse hecho en París (en 2011 se canceló la celebración del Año de México en Francia), pero el gobierno dijo no. Es ridículo, absurdo. Ahora es mejor, cada vez hay más intercambios entre ambos países.
–¿Por qué el surrealismo tuvo tanto arraigo aquí?
–Para mí, México no tiene necesidad de surrealismo: es un país naturalmente surrealista. Imagina, el Museo de Antropología es el mejor museo de surrealismo del mundo: tiene una tortuga con una cabeza de hombre y patas de pato. Fue un lugar natural para los surrealistas que vinieron de Europa. Hay un sentido de la magia, la naturaleza, las fuerzas del agua, del mar, de los volcanes.
–¿A qué se debe el panorama tan rico del arte en México?
–Después de un periodo muy difícil, terrible, que fue la Revolución, viene uno con las flores de la cultura, y con un hombre muy inteligente, que fue José Vasconcelos, entre otros. También por los diferentes gobiernos, de izquierda, no de tipo soviético, sino inteligente socialista. Está el ejemplo de David Alfaro Siqueiros, un comunista maniaco, lo cual no me interesa, pero fue un gran pintor, al igual que Diego Rivera y, evidentemente, José Clemente Orozco, hombre fascinante, difícil de explicar.
Les peintres mexicains, será presentado por Evodio Escalante, Saúl Kaminer y el autor, el jueves 21 a las 19 horas en el Museo de Arte Moderno (Paseo de la Reforma y Gandhi s/n, Bosque de Chapultepec).