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Ver día anteriorSábado 23 de noviembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Apuntes postsoviéticos

Maniobras

L

a repentina decisión del gobierno de Ucrania de suspender los preparativos para la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) –a una semana de la fecha prevista– obedece a razones de orden tanto económico como político.

En lo económico, no quiere adherirse a un proyecto que, en el corto plazo, plantea más problemas que beneficios, sin antes recibir garantías de que la UE asumirá los multimillonarios gastos del proceso de incorporación de Ucrania y las pérdidas de su economía al congelarse los intercambios económicos y comerciales con Rusia y otros países del espacio postsoviético.

Ucrania necesita con urgencia recursos, pero las condiciones del salvador crédito fijadas por el Fondo Monetario Internacional, calificadas de abusivas e inaceptables, sólo hicieron que Kiev girase la cabeza hacia Moscú.

El presidente Viktor Yanukovich se entrevistó con su colega ruso, Vladimir Putin, y se comenta que –en esa visita privada y poco publicitada– Rusia ofreció un crédito de 10 mil millones de dólares a cambio de suspender lo que parecía inminente asociación con la UE.

Pocos cambios cabe esperar en relación con los controvertidos precios del gas natural que Ucrania paga a Rusia más caro que Alemania y otros países de la UE porque para recibir un precio preferencial, como Bielorrusia, el consorcio ruso Gazprom exige tener la propiedad de la red de gasoductos ucraniana, hasta ahora ruta fundamental de sus ventas a Europa, lo que el gobierno de Yanukovich no parece dispuesto a aceptar.

El Kremlin sabe que no puede manejar Ucrania como si fuera una colonia ni puede desplazar de los sectores económicos clave a sus magnates aunque muchos de ellos sean de origen ruso, pero requiere tiempo para lograr lo que realmente le preocupa: garantías de que su vecino eslavo, en la UE o fuera de ella, nunca será parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

En lo político, Yanukovich rechazó la condición extraoficial por la UE de permitir que la ex primer ministra, Yulia Timoshenko, su principal rival política, condenada a 7 años de cárcel por firmar con Putin los contratos de suministro de gas vigentes, pueda viajar a Alemania para recibir tratamiento médico.

Detrás del círculo vicioso de expresar su visto bueno para el exilio de su enemiga personal y de bloquear, mediante el voto en contra de los oficialistas, cualquier proyecto de ley en ese sentido está la preocupación de Yanukovich de que una Timoshenko en libertad facilite un pacto de la oposición y frustre su intención de relegirse en 2015.

Con estas maniobras, bajo el riesgo de poner Ucrania al borde de una nueva crisis política, Yanukovich pretende consolidarse como candidato mejor posicionado y sacar provecho de la UE y de Rusia por igual, un equilibrio que ya es cada vez más difícil de conseguir y le puede pasar factura.