Una deuda de mil 500 pesos, contraída en apuestas de peleas de perros, fue el móvil del multihomicidio de la familia Romero Castañeda, perpetrado la noche del sábado pasado en Ciudad Juárez, informó ayer el gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez.

El mandatario informó que se detuvo a dos presuntos responsables y se identificó a otros dos; asimismo, adelantó que la Fiscalía General del Estado pedirá prisión vitalicia para los homicidas.

Entrevistado este miércoles durante el desfile conmemorativo del 103 aniversario de la Revolución Mexicana, dijo que el trabajo de inteligencia desplegado por la fiscalía permitió ubicar a los supuestos asesinos de ocho personas vecinas del llamado Barrio Azul, en la colonia Morelos Zaragoza de Ciudad Juárez. Indicó que se cuenta con declaraciones de los detenidos, identificados como Édgar Uriel Luján Guevara y Jesús Daniel Mendoza Hernández, de 31 y 21 años, respectivamente, empleados de maquiladora.

Se tiene la declaración llana y pruebas periciales contundentes del vínculo que tienen estos dos detenidos con el homicidio que desgraciadamente se cometió contra esta familia, afirmó.

En Juárez llamó la atención el móvil planteado por las autoridades para el asesinato de los ocho integrantes de la familia que profesaba el credo de los Testigos de Jehová, y que fue sepultada ayer.

Asimismo, familiares de los detenidos se manifestaron frente a las instalaciones de la fiscalía en Ciudad Juárez, donde aseguraron que Édgar Uriel y Jesús Daniel son chivos expiatorios que fueron torturados para que se ncriminaran; tienen manera de demostrar que estuvieron con amigos la noche del homicidio, afirman.

El fiscal de Persecución del Delito en la Zona Norte de Chihuahua, Enrique Villarreal Macías, presentó a los dos implicados este miércoles en Ciudad Juárez. Afirmó que fueron cuatro los participantes en los crímenes; dos se encuentran prófugos, pero están identificados y existe orden de aprehensión en su contra.

De acuerdo con el funcionario, el motivo del asesinato fue una deuda, ya que Máximo Martín Romero se dedicaba a las peleas de perros y debía mil 500 pesos a los responsables (...) es por esto que Jesús y Édgar acudieron al domicilio en compañía de otros dos hombres, para sólo exigir el dinero, pero empezaron a discutir, por lo que se fue hasta la agresión física.

Indicó que, interrogados por el Ministerio Público y asistidos por un abogado, Édgar y Jesús confesaron que la noche del sábado acudieron a la casa donde ocurrió el hecho y reclamaron el dinero, pero al encontrar una negativa y discutir con Max, uno de los hoy muertos, se retiraron y horas más tarde regresaron acompañados de sus amigos, con la intención de obligarlo a saldar la deuda.