Bagdad, 20 de noviembre.

Al menos 49 personas murieron y más de 100 resultaron heridas este miércoles en una oleada de ataques, en su mayoría contra barrios chiítas de Bagdad, en otra espiral de violencia que golpea a Irak.

Ningún grupo ha reivindicado los ataques, pero los insurgentes próximos a la red sunita Al Qaeda suelen ser los responsables de estos atentados coordinados contra los chiítas, a los que consideran apóstatas.

La parálisis del aparato político, provocada en parte por las discrepancias entre sunitas y chiítas, y una corrupción endémica, contribuyen a alimentar la inestabilidad en el país.

Al menos ocho explosiones –siete causadas por atentados con coches bomba–, ocurrieron hacia las 7:30 (hora local), principalmente en los barrios de Karrada (centro), Shaab (nordeste) y Sadriya (centro), informaron fuentes médicas y de seguridad.

En estos atentados murieron por lo menos 36 personas, según las mismas fuentes.

La explosión de Karrada ocurrió cerca de un concesionario de autos donde los chiítas celebraban la Ashura, fiesta de esta comunidad que recuerda el asesinato del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, en el siglo VII.

Más de 300 decesos en el mes

Las fuerzas de seguridad se desplegaron en los sectores de los atentados y en muchos casos los fotógrafos y camarógrafos no fueron autorizados a sacar fotos o imágenes.

En un ataque separado en la ciudad de Suleimaniye, en el Kurdistán iraquí (norte), hombres armados asesinaron al jefe de los guardaespaldas del presidente iraquí, Jalal Talabani, informó un portavoz policial.

Desde hace casi un año, Talabani, de 79 años, se encuentra en Alemania, donde fue hospitalizado por un ataque cerebral.

Un atentado en Abu Ghraib y disparos en Bagdad y en Mosul (norte) dejaron seis muertos. También se encontraron tres cuerpos cerca de Baquba, informaron fuentes de seguridad.

Estos atentados elevan a más de 300 el número de muertos en noviembre en Irak. En lo que va del año la cuenta de decesos se ubica en más de 5 mil 700, según cifras oficiales.

En Washington el secretario de Estado, John Kerry, afirmó que el presidente afgano, Hamid Karzai, y él definieron las bases de un acuerdo sobre seguridad para garantizar la presencia de tropas estadunidenses tras la salida de la OTAN en 2014.