El Congreso Mundial Judío critica la medida; es una irresponsabilidad
, dice su presidente
Restituirlas al octogenario que las tenía plantea problemas legales y prácticos, señalan expertos
Herederos de galerista judío reclaman ley que regule la recuperación de arte robado por los nazis
Jueves 21 de noviembre de 2013, p. 5
Berlín, 20 de noviembre.
La justicia alemana ordenó ayer sorpresivamente devolver de inmediato buena parte de los mil 400 cuadros encontrados y decomisados en una vivienda de Munich a un anciano.
Cornelius Gurlitt debe recuperar cuanto antes aquellas obras que le pertenecen fuera de toda duda
y que no están siendo investigadas como posibles casos de cuadros robados por los nazis a coleccionistas judíos, señaló el fiscal general de Augsburgo, Reinhard Nemetz.
El fiscal ordenó crear un equipo de expertos que esclarecerá el origen de los cuadros de la valiosa colección, que Gurlitt heredó de su padre, el conocido galerista Hildebrand Gurlitt, quien tenía buenos contactos con el régimen nazi.
Según la investigación, más de 400 obras fueron adquiridas de forma legal y pertenecen a Gurlitt. El origen del resto debe ser aclarado para determinar si fueron robadas a judíos o confiscadas a museos por los nazis como arte degenerado
.
En una entrevista publicada el fin de semana por Der Spiegel, Cornelius Gurlitt, de 80 años, dejó claro que no devolvería de forma voluntaria ni un solo cuadro y reclamó que le fuesen devueltos de inmediato.
El inusitado hallazgo del tesoro en poder de Gurlitt fue difundido a principios de mes por una revista, pero se produjo en febrero de 2012, cuando la policía aduanera encontró por casualidad mil 406 pinturas de grandes maestros en la casa del anciano en Munich.
La colección incluye obras de Pablo Picasso, Paul Klee y Henri Matisse, algunas hasta ahora desconocidas. Los cuadros fueron confiscados y la fiscalía de Augsburgo investiga a Gurlitt por sospecha de evasión fiscal y desfalco.
Pese al anuncio del fiscal del caso, la devolución de las obras a Gurlitt plantea diversos problemas legales y prácticos, según varios expertos.
Gurlitt no podría volver a guardar las obras en su casa porque no tiene seguridad suficiente para protegerlas de robos. Su dirección ya es bien conocida y las piezas tienen un inmenso valor. Las primeras estimaciones consideraban que la colección completa vale alrededor de mil millones de euros (unos mil 300 millones de dólares).
Entre tanto, las idas y vueltas con el tesoro irritaron a los herederos del conocido galerista judío Alfred Flechtheim (1878-1937), que reclamaron hoy una ley que regule la devolución de obras de arte robadas por los nazis.
La intención de Gurlitt de no devolver ninguna obra es una noticia dolorosa para las víctimas del nazismo aún vivas y para sus descendientes
, dijeron los abogados de los herederos de Flechtheim, Mel Urbach y Markus Stötzel.
Las posibilidades de recuperar obras robadas son minúsculas
, porque en Alemania falta una ley al respecto. Alemania debe sentar una base fiable, transparente y jurídica
, como la que existe en Austria, añadieron.
Los herederos de Flechtheim llevan años reclamando la devolución de obras de Max Beckmann por parte de la colección de museos estatales de Baviera y de Renania del Norte-Westfalia y ya lograron la restitución de obras de museos de Bonn y Colonia.
Una comisión mediadora probó que Flechtheim vendió los cuadros ahora devueltos ante la presión de los nazis. La misma suerte corrieron numerosos coleccionistas y propietarios de arte judíos durante el nazismo.
Reformar prescripción del delito
El Congreso Judío Mundial (CMJ) criticó hoy que la justicia alemana decidiera devolver parte de los mil 400 valiosos cuadros hallados e incautados en una casa de Munich, muchos de ellos robados por los nazis a judíos, al anciano que los tenía en su poder.
Es una irresponsabilidad
, dijo el presidente del CMJ, Ronald S. Lauder.
El fiscal a cargo del caso, Reinhard Nemetz, mantuvo casi dos años en secreto el hallazgo del tesoro y ahora que se hizo público quiere quitárselo de encima lo antes posible
, denunció Lauder.
El CMJ consideró que el tema debe ser tratado por las más altas instancias políticas de Alemania y no por un fiscal general de Augsburgo como Nemetz.
Lauder también reclamó que Alemania reforme los plazos de prescripción para el delito de obras de arte robadas y confiscadas por el régimen nazi a coleccionistas judíos y museos.
Según el presidente del CMJ, esos plazos son el principal escollo para la devolución de obras robadas a sus dueños legítimos.