Zacatecas, Zac., 19 de noviembre.

La mayor parte del frijol de Zacatecas, el primer productor nacional de esa leguminosa, sigue en las parcelas. En años anteriores, para la última semana de octubre las cosechas ya estaban en bodegas, listas para ser vendidas, y generaban ingresos a los campesinos.

Pero este año el grano sigue sobre los surcos, mientras cuervos, auras y coyotes merodean para cazar a los roedores que se dan un festín con el grano abandonado. Centenares de parcelas de la región frijolera del noroeste del estado, que abarca los municipios de Sain Alto, Sombrerete, Río Grande, Miguel Auza y Juan Aldama, aguardan a que las lluvias atípicas cesen.

El temporal se prolongó demasiado este año y ahora los campesinos no pueden separar el grano de las vainas porque la excesiva humedad de las plantas hace imposible la tarea. No obstante, el tiempo y la necesidad apremian: ya llegaron las primeras heladas y el frijol comenzó a mancharse, lo que reduce su precio. A los agricultores les urge sacar sus cosechas para pagar deudas y sobrevivir.

Atrás quedaron los años de bonanza, una muestra de los cuales es una cosechadora John Deere modelo Titán II, que recorre la maltrecha carretera entre las comunidades Emiliano Zapata y González Ortega. Su propietario deambula por la carretera, esperando inútilmente a que algún campesino lo contrate para trillar su frijol. Por lo pronto, ya le pintó a la enorme máquina signos de pesos para venderla, porque casi nadie lo contrata.

Además, el crimen organizado azota la región. Campesinos y ganaderos ya no hablan con extraños, porque durante más de siete años han padecido el asedio permanente de bandas criminales, sin que autoridades locales o federales puedan terminar con la violencia, los secuestros y los robos de ganado y cosechas.

En la comunidad Flores Reyes, municipio de Río Grande, también conocida como El Coyotito, vive Ramón Rivera junto con su familia. El lunes comenzó a desgranar su frijol con un tractor Massey Ferguson modelo FE-35, fabricado en 1958 en Michigan. Es una máquina de museo, pero funciona para arrancarle el frijol a las matas.

En un corral enorme colocan una gruesa lona negra y encima montones de frijol en mata. Luego con el 35, como Ramón llama a su máquina roja, pasa sobre las vainas para en seguida recoger el frijol en costales.

Se le pregunta a cómo le compran el frijol. “Primero, ya tenemos frijolitos para comer. Pero cuando uno va a vender lo quieren regalado. Ahorita los coyotes (intermediarios) lo pagan a 7.50 pesos el kilo, ¡y regatean a siete! Pero el litro de diesel sale casi a 13 pesos. No queda ganancia”.

El gobierno local y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) anunciaron recientemente que en los centros de acopio –que estarán en las principales comunidades y cabeceras municipales– el frijol negro se pagará a 10 pesos el kilogramo, y hasta 12 pesos las variedades claras, así como los pintos (Saltillo y San Luis) y los tipo flor (de mayo y junio). Pero el frijol deberá haber sido limpiado de impurezas en las beneficiadoras. Muy pocos de los 80 mil productores de Zacatecas podrán cubrir esos requisitos.

En octubre, El Barzón y el Frente Amplio Campesino, entre otras organizaciones, exigieron que el gobierno fijara el precio de frijol en 15 pesos el kilogramo, para que los campesinos tuvieran ganancias. También se pidió que la Sagarpa y la Secretaría de Economía cancelaran la entrega de cupos de importación de frijol estadunidense, ahora que en México hay buenas cosechas.

Asimismo, demandaron que el gobierno adquiera por medio de Liconsa y Diconsa 150 mil toneladas del grano para venderlo al costo a familias de escasos recursos en estados devastados por huracanes, como Guerrero.

Sin embargo, el gobierno federal sólo se comprometió a comprar 3 mil toneladas de frijol por conducto de Diconsa. Y la cosecha de Zacatecas en 2013 será de casi 350 mil toneladas.