Pide castigo de funcionarios responsables para evitar impunidad
Lunes 18 de noviembre de 2013, p. 38
Tras haber invitado a un desconocido a tomar unas cervezas mientras se divertía con un grupo de amigos, el joven David Castillo Muñoz fue acusado por la policía capitalina de robo y secuestro exprés por la cantidad de 200 pesos, lo que le valió una condena de 25 años de prisión.
Tras comprobar su inocencia, pudo salir en libertad después de un año y ocho meses de cárcel, en un ejemplo más de la fabricación de culpables utilizada por las autoridades para decir que combate la inseguridad pero también como un negocio y una forma de control social, afirmó Óscar Guzmán Rivera, integrante de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh).
El 25 de marzo de 2012, recordó el activista, David Castillo viajaba en su auto junto con un tío, dos de sus amigos y el bebé de uno de ellos. Al ir a comprar unas cervezas, se encontraron con un muchacho en la calle –al parecer en estado de ebriedad– a quien invitaron a acompañarlos. Poco después, el vehículo en el que viajaban se descompuso, y cuando pidieron al joven que acababan de conocer que los ayudara a empujarlo, éste salió corriendo sin camisa y se perdió en las calles.
Sin embargo, dos policías del Distrito Federal lo encontraron y lo indujeron a acusar a David de quererle robar los 205 pesos que llevaba. Después, le añadieron el cargo de secuestro exprés
agravado, por el hecho de haberse realizado en pandilla
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Los dos agentes que aprehendieron al joven lo entregaron a otros patrulleros, lo que representa una clara irregularidad procesal, y tras pedirle una extorsión de 10 mil pesos –que no les dieron–, se lo llevaron al Reclusorio Oriente, donde un par de meses después fue condenado a 25 años de cárcel. Aunque tuvo que pasar un año y ocho meses en prisión, finalmente un tribunal colegiado de circuito en materia penal admitió a análisis un amparo directo interpuesto por la Limeddh, concluyó que no había elementos para consignar a David Castillo y ordenó su liberación inmediata el pasado 8 de noviembre.
Estos casos de fabricación de culpables, subrayó Guzmán, son utilizados por las autoridades para engrosar las estadísticas que supuestamente comprueban la eficiencia de la lucha contra la delincuencia, pero también son un negocio para extorsionar y controlar a la población, sobre todo a los jóvenes
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Pese a haber obtenido su libertad, dijo el activista, la Limeddh insistirá en castigar a los funcionarios responsables del encarcelamiento de David Castillo para evitar la impunidad, como parte de su campaña Ni un presunto culpable más
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