Frente al nuevo pontificado y las profundas transformaciones cul­turales, que incluyen agresiones a la vida y a la familia, grandes desafíos de paz y justicia, de exigencias de un desarrollo integral, de situaciones de pobreza, violencia, de un flujo creciente de migraciones, de la difusión de drogas, de redes del narcotráfico y déficit educativos, los ministros católicos no pueden permanecer impasibles, haciendo lo mismo de lo mismo, como si nada pasara, señaló el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la congregación para los obispos.

En el congreso peregrinación y encuentro, Nuestra Señora de Guadalupe, estrella de la nueva evangelización en el continente americano, que se lleva a cabo en la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe, el también presidente de la Comisión pontificia para América Latina señaló que, frente a los actuales problemas, las iglesias del continente americano han de discernir las nuevas exigencias y responsabilidades y ser más conscientes y activas para colaborar con el ministerio universal de la evangelización.

Precisó que en este encuentro no queremos hablar genéricamente, abstractamente de la nueva evangelización, de la misión continental, sino compartir experiencias significativas y proponer recomendaciones concretas; añadió que la intención es que en esa materia haya un salto de cualidad en la fe de nuestros pueblos.

El jerarca vaticano coincidió con el papa Francisco acerca de que la Iglesia debe salir al encuentro de los feligreses y de sus aflicciones y preocupaciones.

Salir es el verbo más usado por el papa Francisco: salir hacia las periferias existenciales donde se vive la soledad y el abandono, la indiferencia respecto a la propia vida y destino, la banalidad y la distracción acerca de los interrogantes esenciales del ser humano, la ruptura de los vínculos fundamentales de pertenencia en sociedades cada vez más disgregadas, las situaciones dramáticas de pobreza, explotación y violencia.

Añadió que los religiosos deben salir hacia donde esté en juego la vida de las personas y las familias así como el destino de las naciones. Salir al encuentro de todos con una misericordia que no discrimina ni excluye como portadores del evangelio convierte la vida y que salva.

El arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta, aseguró que ningún tema que afecte el desarrollo de la sociedad queda excluido de la agenda del papa Francisco, y consideró que los esfuerzos evangelizadores comienzan a dar frutos.

El cardenal también hizo un llamado a incrementar la actividad misionera y hacer llegar a las personas, familias y comunidades del continente palabras y acciones de consuelo.