No podemos encerrarnos
, expresa
Domingo 17 de noviembre de 2013, p. 15
El papa Francisco señaló que la Iglesia católica no debe encerrarse ni sentirse satisfecha ni segura de lo que ha logrado. Advirtió que si toma esa actitud se enferma de abundancia imaginaria, de abundancia superflua, se empacha y se debilita
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En un mensaje videograbado para los participantes en el cónclave denominado peregrinación y encuentro Nuestra Señora de Guadalupe, estrella de la nueva evangelización en el continente americano, que se realiza en la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe, el pontífice remarcó que la tarea evangelizadora “debe esforzarse por ser creativa en sus métodos. No podemos quedarnos encerrados en los tópicos del ‘siempre se hizo así’”.
En la inauguración del encuentro, en que estuvieron presentes el cardenal Norberto Rivera Carrera, el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, Christophe Pierre, nuncio apostólico en México, y Enrique Glennie, rector de la Basílica de Guadalupe, el Papa remarcó en el mensaje que el clericalismo dificulta que los laicos alcancen la madurez y cristiana.
La tentación del clericalismo, que tanto daño hace a la Iglesia en América Latina, es un obstáculo para que se desarrolle la madurez y la responsabilidad cristiana de buena parte del laicado. El clericalismo entraña una postura autorreferencial, de grupo, que empobrece la proyección hacia el encuentro del Señor
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Jorge Mario Bergoglio destacó que la actitud del verdadero pastor no es la del príncipe o la del mero funcionario atento principalmente a lo disciplinar, a lo reglamentario, a los mecanismos organizativos
. Añadió que esa actitud lleva siempre a una pastoral distante de la gente, incapaz de favorecer y lograr el encuentro con Jesucristo y con los hermanos
.
Tras expresar que le hubiese gustado estar presente en el encuentro, el Papa insistió en que la Iglesia debe salir
a predicar el evangelio. Hay que salir de la propia comunidad y atreverse a llegar a las periferias existenciales que necesitan sentir la cercanía de Dios
y urgió a formar ministros capaces de proximidad, de encuentro, que sepan enardecer el corazón de la gente, caminar con ellos, entrar en diálogo con sus ilusiones y sus temores
. Comentó también que la actividad pastoral debe llegar a todos, sin excluir a nadie y teniendo muy en cuenta la circunstancias de cada uno
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