Madrid, 16 de noviembre.

Las calles de Madrid están un poco más limpias que ayer, después de la recolección de 60 toneladas de basura por trabajadores públicos movilizados por el ayuntamiento de Madrid por órdenes de la alcaldesa conservadora Ana Botella, luego de 11 días de huelga de los sindicatos de trabajadores de limpia, cuyas negociaciones con sus empleadores continúan atascadas.

Trabajadores de las compañías concesionarias de la limpieza comenzaron una huelga hace 12 días, en protesta por un plan de despido de mil 350 personas de una plantilla de 6 mil, además de una reducción general del salario de 43 por ciento.

Ante esta propuesta tan perjudicial para el gremio de limpia los sindicatos convocaron por unanimidad a una huelga indefinida. Las empresas que prestan el servicio son cuatro de las principales constructoras del país: OHL, Sacyr, Ferrovial y FCC.

Botella, alcaldesa y esposa del ex presidente José María Aznar, ha sido muy cuestionada por su gestión. Primero estuvo el hecho de que tras la muerte de cinco jóvenes que acudieron a una fiesta en la discoteca Madrid-Arena, la funcionaria, con la ciudad conmovida por la tragedia, se fue a una balneario-spa a Portugal. Después vino la candidatura olímpica de Madrid y su errática promoción ante el Comité Olímpico Internacional. Y ahora la huelga de los recolectores de basura y su pasividad durante 10 días, en los que se desentendió del problema.

Ante el riesgo de una alerta sanitaria por la acumulación de residuos, Botella ordenó a 200 empleados públicos limpiar las calles de la ciudad, trabajos que se iniciaron a las cinco de la madrugada. Para esta tarde ya habían sido recolectadas unas 60 toneladas de basura.

Sin embargo, en numerosas calles de la ciudad el aspecto y el olor siguen igual que ayer. Comisiones Obreras anunció que se presentará una querella contra el ayuntamiento y la alcaldesa, por reventar la huelga y vulnerar así un derecho constitucional.

Ahora todos los ojos están puestos en la mesa de negociación entre sindicatos y empresas, que parecían que encontraban un cauce común hace sólo 24 horas, pero todo se vino abajo con la retirada de la oferta de las compañías y la presentación de una nueva propuesta que indignó a los trabajadores. De las negociaciones de esta madrugada dependerá si se firma la paz o se recrudece el conflicto.