Santiago, 11 de noviembre.

La holgada delantera en todas las encuestas de la ex mandataria Michelle Bachelet para ganar las elecciones presidenciales del próximo domingo y marcar así el retorno de la izquierda al poder en Chile, establece el balance negativo del actual mandato del derechista multimillonario Sebastián Piñera.

Tengo una tremenda diferencia con el Poder Ejecutivo, en cómo abordar los programas sociales para la clase media y la pobreza. La clase media se siente totalmente abandonada y es la que más trabaja; pero apenas avanza deja de percibir todas las ayudas del Estado, es tal vez una de las frases más lapidarias sobre los años de gobierno de Piñera emitido por la candidata de la derecha Evelyn Matthei.

Pero más allá de la desesperación en que se encuentra Matthei, a decir de analistas políticos, los saldos de la herencia del régimen que agoniza se ubican en lo que dice y siente la gente en la calle. Muchas de esas personas se dicen defraudadas en sus reclamos sociales como la obtención de una vivienda digna, a pesar de haber pagado religiosamente las cuotas del Ministerio de la Vivienda.

Gran parte de esa responsabilidad es atribuida al gobernante partido Unión Demócrata Independiente (UDI), que no cumplió en sus gestiones sociales ante la ciudadanía. Para quienes son gente humilde esa es la visión que tienen del gobierno: la mentira. Por eso los pésimos resultados de Matthei en las encuestas. Pero ella misma no parece haber aprendido mucho.

La ex legisladora sostiene que ella es la candidata del pueblo y la ex presidenta (Bachelet) la de los ricos. Más grotesco aún, es la versión que da sobre la eliminación del Fondo de Utilidad Tributable (FUT), contenida en el programa de Bachelet destinada a evitar la gigantesca evasión legal que éste significa, mediante el pretexto de crear capitales de inversión que no tributan.

La mentira flagrante tiene un costo, el mismo que hoy está pagando Matthei en las encuestas. Dice que los empresarios le dan mayores recursos a la candidata de izquierda. Incluso lanza una cifra: tres veces más dinero.”No sabría decir si los empresarios la apoyaron más, porque no conozco todavía las cifras de donaciones, pero el despliegue de publicidad que uno ve es de tres a uno”, afirmó.

Para Humberto Burotto, sociólogo de la Universidad de Chile, los esfuerzos de la derecha enredaron más las cosas. Cita el caso de la delincuencia y su problemática social, lo que he llamado como populismo punitivo. Es decir, echarle la culpa a alguien, como a los jueces, a la policía, a las leyes, sumado a una petición de mano dura, lo que ha sido un fracaso como gestión de gobierno.

El diputado opositor Jorge Tarud, a su vez, explica que la candidata presidencial oficialista está justificando su segura derrota culpando a todos de su fracaso. Agregó que las declaraciones de la abanderada de la alianza contra Michelle Bachelet solo reflejan una verdadera desesperación ante la falta de apoyo a su candidatura.

Matthei primero afirmó que su programa de gobierno era el de la Alemania de Angela Merkel y el de Bachelet el de la desaparecida Alemania Oriental. Luego señaló que Bachelet estaba a favor de los encapuchados que provocan desmanes en las protestas, y ahora arremete en contra de los empresarios, lo que solo refleja una verdadera desesperación ante la falta de apoyo a su aspiración, dijo Tarud.

El reciente conflicto de los empleados municipales en huelga en reclamo de presupuesto y la de los federales que se sumaron en demanda de aumentos salariales, serían otro de los saldos en contra de la administración de Piñera y que arrastra a Matthei. Dialogar no está en su adn, comentó al respecto el líder de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, Raúl de la Puente.

La pesada herencia que deja Piñera, con una crisis económica ad portas, un desempleo creciente y la precarización de los empleos pese a toda la propaganda en contrario, ratifica lo que ha ocurrido desde 1938, cuando el liberal y dos veces presidente, Arturo Alessandri Palma no pudo heredarle La Moneda al millonario Gustavo Ross y tampoco pudo hacerlo su hijo Jorge en 1964.

La derecha no regresó al gobierno hasta el cruento golpe de los militares en 1973. Piñera no se escapó a su sino. En todo caso, para muchos, su período marca el fin de la transición porque en pocos años habrá nueva Constitución y nuevo sistema electoral, acabando con la democracia protegida que intentó imponer la dictadura.

En esta perspectiva, se da por hecho que Bachelet en un segundo mandato trabajará por la nueva Constitución que termine con los últimos vestigios del pinochetismo, con lo que deberá dar paso después a la reforma en materia de educación como reclama el movimiento estudiantil, así como a una reforma al sistema tributario.