Abrirán magna exposición de la artista franco-estadunidense, informa especialista
Petite mamam reúne pintura, escultura, dibujos, impresiones, gouaches y trabajos en papel y tela
Miércoles 13 de noviembre de 2013, p. 6
La escultora franco-estadunidense Louise Bourgeois (1911-2010) regresa a México por medio de su obra, una muestra que será inaugurada en el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA) el próximo día 27.
En 1996 el Museo Tamayo Arte Contemporáneo presentó la exposición Louise Bourgeois: la elegancia de la ironía.
La muestra Louise Bourgeois: petite maman, compuesta por 75 piezas más bien de obra tardía, se complementa con la escultura monumental Maman (1999), realizada en bronce, acero inoxidable y mármol, de 9.271 x 8.915 x 10.236 metros, que a partir de hoy iniciará su instalación en la explanada del Palacio de Bellas Artes, informa Wendy Williams, directora de Louise Burgeois Studio, en Nueva York.
Maternidad y feminidad
Curada por Philip Larratt-Smith, la exhibición fue concebida exclusivamente para el MPBA y comprende pintura, trabajos en papel y tela, dibujos, esculturas, instalaciones, impresiones y gouaches.
Se ha hablado mucho de la relación conflictiva de la escultora con su padre, de allí que Petite maman explora los temas de la maternidad y la feminidad.
Sus representaciones de la maternidad, bajo la forma de grandes arañas, son las obras más características de esta artista profundamente marcada por las heridas emocionales de su infancia. Con sólo 11 años de edad vio cómo su padre abandonaba a su madre por su profesora.
En la muestra, que se abrirá al público el viernes 28, con una permanencia hasta el 2 de marzo, sobresalen obras como Araña (1997), Mujer embarazada (2003), Femme Maison (1946-1947), Guarida (1963), Madre e hijo (1970) y Celda (2006).
Louise Caroline Bourgeois nació en las afueras de París; a los ocho años de edad redibujaba los diseños de los textiles gastados en el negocio de restauración de tapices de sus padres. Estudió en la capital francesa, en la École du Louvre, antes de mudarse, en 1938, a Estados Unidos con su esposo, el historiador del arte Robert Goldwater.
El tema de su obra siempre fue su vida y experiencias. “El arte –escribió alguna vez– es la experimentación –más bien la rexperimentación– de un trauma”. De acuerdo con información proveniente de la galería Hauser & Wirth, Bourgeois fue pionera en un nuevo tipo de arte en que la multiplicad de formas y materiales se utilizan para excitar y exorcizar las emociones.
Mediante motivos recurrentes –partes corporales, casas, arañas y skeins de hilo, el uso dramático de colores y una vasta variedad de medios–, Bourgeois desarrolló un código profundamente potente, personal y simbólico
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Era una pensadora original, quien siempre estaba al frente de nuevos desarrollos artísticos, sin embargo, nunca asociada directamente con los movimientos de vanguardia de su tiempo
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Fue hasta 1966 que la muestra Abstracción excéntrica, curada por Lucy Lippard, en la Galería Fischbach, en Nueva York, atrajo atención crítica y pública a su obra.
En 1982, el Museo de Arte Moderno, en la gran manzana
, organizó una retrospectiva de su producción. Una década después participó en Documenta IX, y en 1993 representó a Estados Unidos en la Bienal de Venecia.
Bourgeois fue la primera artista comisionada para llenar en 2001 la Turbine Hall, espacio de 3 mil 400 metros cuadrados, en el Tate Modern en Londres.
Una retrospectiva mayor que abrió en el Tate Modern en 2007, para después itinerar en el Centro Pompidou, en París; al Museo Guggenheim, en Nueva York; al Museo de Arte Contemporáneo, en Los Ángeles, y al Museo y Jardín de Escultura Hirshhorn, en Washington, consolidaron su reputación como la gran dama del modernismo tardío, una de las artistas más importantes y visionarios del siglo XX y principios del XXI
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