Existen leyes, pero los plazos de prescripción son un escollo, indican expertos
Saturan portal electrónico abierto por el gobierno alemán para identificar piezas con sospechas de haber sido expoliadas por los nazis
Aunque alguien reconozca alguna y lo reporte, eso no significa que la recuperará, dicen
Coleccionistas privados no están obligados a cumplir tratados
Miércoles 13 de noviembre de 2013, p. 3
Berlín/Munich, 12 de noviembre.
Aunque los herederos de los dueños originales de algunas de las mil 400 obras halladas en la casa de Cornelius Gurlitt, en Munich, y posiblemente robadas a sus dueños legítimos durante el nazismo, muestren su propiedad es difícil que les sean restituidas, señalaron especialistas.
Este martes el portal www.lostart.de fue saturado de visitas a partir del anuncio del gobierno alemán de que ahí se publicaría una selección de los cuadros con sospechas de haber sido expoliados por el nacionalsocialismo.
Según los abogados consultados, quien reconozca alguna de las obras en la página de Internet puede reportarlo a las autoridades alemanas a cargo, pero eso no significa que le vaya a ser restituida. Gurlitt quizás no estaría obligado a hacerlo desde el punto de vista legal.
El anciano podría ser el dueño de casi todas las obras. Su padre, el historiador y galerista alemán Hildebrand Gurlitt (Dresde, 1895-1956), tenía una posición privilegiada en el mercado del arte por sus vínculos con el nacionalsocialismo, pero podría ser que haya pagado y adquirido legalmente los lienzos que poseía.
Ciertas esperanzas
Alemania y 43 países firmaron en 1998 la Declaración de Washington, para devolver obras de arte y objetos robados durante el Holocausto. Sin embargo, la vía judicial es sumamente difícil, pues la adhesión de Alemania compromete a instituciones públicas, no así a coleccionistas privados ni al mercado del arte. También existen las leyes de restitución adoptadas en los años 50 del siglo pasado, pero hay plazos de prescripción, por lo que no hay un camino legal que pueda seguirse.
No obstante, existen ciertas esperanzas: en 2011, cuando el hijo del coleccionista quiso vender uno de los cuadros que poseía de Max Beckmann, aceptó llegar a un acuerdo con los herederos del coleccionista Alfred Fleechtheim. Sería muy bueno si se pudiera llegar a un acuerdo global con el señor Gurlitt
, indicó uno de los funcionarios involucrados en el caso.
La publicación que hizo este martes el gobierno alemán intentaba calmar los ánimos de las numerosas voces que reclamaban un rápido esclarecimiento del sorprendente hallazgo. Se estima que unas 590 pinturas pueden haber sido robadas, usurpadas o compradas por muy bajos precios a personas de origen judío que sufrían la persecución nacionalsocialista. La fiscalía investiga además si Gurlitt cometió evasión fiscal.
El sitio Lostart mostraba, en un formato del tamaño de una estampilla, producciones de Marc Chagall, Eugène Delacroix, Carl Spitzweg, Henri Matisse y Auguste Rodin. Según la Secretaría de Cultura de Baviera, éstas fueron seleccionadas porque arrojan fuertes sospechas de que existe un trasfondo de usurpación pautada por las persecuciones del nacionalsocialismo
.
Por su parte, historiadores del arte criticaron al tildarla de insuficiente. El gobierno publicó la lista de obras para descomprimir la situación... porque a escala internacional se comprometió a colaborar con la investigación sobre la procedencia y con la restitución
de este tipo de obras, dijo el historiador Willi Korte, especializado en el robo de obras de arte durante el nacionalsocialismo, quien vive desde hace casi 30 años en Washington.
El gobierno sabía que las obras –entre ellas, de Marc Chagall, Eugène Delacroix y Carl Spitzweg– fueron encontradas por funcionarios de aduanas durante una inspección rutinaria en el acomodado barrio de Schwabing de la capital bávara en febrero de 2012, pero la noticia fue revelada hace tan sólo una semana por la revista Focus.
El valor global de este tesoro artístico se calcula en unos mil 340 millones de dólares y su situación legal aún no está clara.
La situación de Gurlitt y su paradero son inciertos. Es investigado por evasión fiscal y encubrimiento, pero no ha sido acusado. Hace unos días, la revista Paris-Match informó que lo fotografió, un hombre de cabellos canos, vestido con un abrigo oscuro en un centro comercial de Munich.
Ayer, el diario The New York Times reportó que Gurlitt fue visto en el aeropuerto de la capital de Baviera, acompañado de quien se parecía a un periodista de la revista alemana Der Spiegel.
El gobierno federal, que suele dejar estos casos a las autoridades judiciales de los estados alemanes, incrementó su participación después de que Estados Unidos presionó para que publicara una lista con las obras encontradas.
Según la fiscalía de Augsburgo, de las mil 400 obras, 970 deben ser estudiadas. En contraste, 380 fueron rápidamente reconocidas como lo que el régimen nazi llamó arte degenerado
, es decir, producciones que no se avenían con la imagen y los preceptos propagados por el nacionalsocialismo, y que por eso fueron erradicadas de los museos.