La reforma fiscal recién aprobada es una paliza de impuestos para la población, afirmó el sociólogo Héctor Díaz-Polanco durante su participación en la tertulia sobre el estado de la nación que se realizó el viernes por la tarde en la edición 13 de la Feria Internacional del Libro (FIL) en el Zócalo de la ciudad de México.

Ante un público que abarrotó el foro 2, el también antropólogo explicó que el nuevo paquete de gravámenes incluyó regalar una gran cantidad de dinero a las televisoras que tienen dominada a la opinión pública, y ante ello, en la Cámara de Diputados, la oposición sólo dijo no nos dimos cuenta, se nos pasó.

Esto quiere decir, recalcó, que estamos en una nación en la que el grupo dominante, el cual cada vez se reduce más, acercándose a ser sólo uno por ciento de la población, maneja los hilos de la economía, controla el Congreso, al mismo poder Ejecutivo, ya ni hablemos del poder Judicial, e impone su voluntad en el país.

En el encuentro también participó el ex legislador Alfonso Suárez del Real, quien se regocijó de que el Zócalo haya sido recuperado a punta de ideas y libros.

Coincidió en señalar que el país ha sido vendido a la telecracia, y criticó el hecho de que la reforma educativa esté enfocada a desaparecer la educación pública, gratuita y laica.

Dijo que por todo ello, el estado que vive la nación “es la resistencia. Lo que vivimos en esta plaza y sus alrededores un terrible viernes 13 de septiembre lleva a recuperar lo que se vivió hace años con Victoriano Huerta, El chacal, cuya misión fue aniquilar el movimiento democrático del maderismo.

Fue un sanguinario, y la restauración del PRI en 2012 es producto de ese gen destructivo que Huerta inoculó a todos estos señores que se han apropiado del poder. La restauración del presidencialismo tricolor intenta ocultar una sádica estrategia encabezada por el Pacto por México, componenda política que aniquila al Poder Legislativo dejando en manos de unos cuantos el destino legislativo de este país.

En su turno, el historiador Francisco Pérez Arce también consideró que el país se encuentra en un estado calamitoso, pero en resistencia.

Pidió no perder de vista las verdaderas intenciones del gobierno: desmantelar Petróleos Mexicanos y consideró que la reforma fiscal es sólo ruido para distraer y ocultar la pretensión de permitir la apertura de Pemex a intereses extranjeros, lo cual sería un robo descarado.

Las reformas económica, laboral y educativa afectarán en primer lugar a los trabajadores, insistió Díaz-Polanco, “son reformas impositivas para obtener recursos al bajar la participación en la economía de la fuerza de trabajo y subir la de ese pequeño grupo en el poder que esta realizando su modelo de economía y sociedad.

Se trata de un sistema regresivo: en las clases medias se quedan los aumentos de impuestos, pero los grandes consorcios, es decir, quienes realmente acumulan descomunalmente las riquezas generadas por este país, quedan intactos, no se les mueve un pelo, mientras que la población en general tendrá que pagar más.