Cuando haya condiciones
Autoritarismo iletrado
Cerco con libros
Osorio y Videgaray
De cambios y reformas
El Presidente propone, el CCE dispone
Ningunean al Congreso
La mala memoria de Cordero
Economía: sólo un chisguete
Técnicamente
en el suelo
Salario: aumenta
0.05%
Manos negras contra ombudsman
La CDHDF, piedra en el zapato
En riesgo su autonomía
res semanas después de que se detuvieron los trabajos de restauración de la estatua ecuestre de Carlos IV –del escultor Manuel Tolsá, popularmente conocida como El Caballito, la cual resultó dañada en más de la mitad de la superficie–, el Gobierno del Distrito Federal inició un proceso legal ante la Procuraduría General de Justicia capitalina, contra la empresa Marina, Renovación de Monumentos, encargada de las tareas de mantenimiento de la citada obra. Dicho proceso se suma a las pesquisas emprendidas sobre el mismo asunto por la Contraloría General del Distrito Federal.
País pisoteado
ué lástima que Alberto Patishtán siga encerrado en ese lugar indeseable. Es muy triste ver a México tan lastimado; la justicia sólo es para quien pueda comprarla. Al parecer, en este país no se castiga lo criminal, se castiga la pobreza. Hay que exigir a las autoridades que se pongan a trabajar porque ya no se puede más, mi país ya está muy pisoteado.
oy el concepto de régimen autoritario y su aplicación a la experiencia mexicana es un lugar común. Sin embargo, en México sólo los especialistas recuerdan el nombre de su autor, el sociólogo y politólogo español Juan J. Linz, quien falleció a los 86 años, en New Haven, el pasado primero de octubre. Pocos académicos han tenido la influencia que tuvo Linz en nuestra comprensión del autoritarismo, de sus características, de sus instituciones y de su funcionamiento. Su modelo se convirtió en el paradigma dominante y desplazó en forma definitiva los trabajos que sobre el tema se habían hecho con base en la teoría de la modernización.
l 23 de septiembre, como es del conocimiento público, tres comisionados de la Asamblea Nacional en Defensa del Petróleo y de la Economía Popular hicieron entrega, en la residencia del Poder Ejecutivo federal, de un escrito que plantea procedimientos y contenidos alternativos a dos de las iniciativas que la Presidencia de la República encaminó recientemente al Congreso de la Unión en materia energética y hacendaria. Para continuar los tres artículos que he publicado en La Jornada sobre la primera de ellas –“Trunca, incoherente, errada, falaz…”, el 15 de agosto; Energía: detrás de los comerciales
, dos semanas después, y “Compleja, inextricable, lesiva…” el 26 de septiembre–, examino ahora la respuesta que la Presidencia decidió ofrecer, 11 días después, el 5 de octubre, y la forma en que su tono y su tonada (decir de Jorge Alcocer referido a otro asunto) han exacerbado aún más el ambiente político en que se examina y comienza a debatirse tal propuesta. Adelanto que, a mi juicio, la respuesta peca de excesivo formalismo, burocratismo rampante, insuficiente criterio, es decir, irreflexividad, al tiempo que muestra escasa consideración y respeto a quienes firmaron el escrito original y al vasto número de ciudadanos mexicanos en cuyo nombre y representación lo hicieron. En suma, para continuar las caracterizaciones enumerativas, me pareció una respuesta formalista, burocrática, irreflexiva…
a se va haciendo costumbre la aparición de algunos grupos de provocadores incrustados en manifestaciones pacíficas (o desviando la atención para que nadie se fije en ellas), cuyo único objetivo parece ser la confrontación con la fuerza pública, la cual, hay que decirlo, ha fracasado una y otra vez en las labores de contención
, dejando en el aire innumerables dudas y cuestionamientos. El debate público, en consecuencia, está lleno de hipótesis y acusaciones en torno a la determinación de los verdaderos culpables
, pero las investigaciones no aclaran el fondo de los hechos. Se da el caso de que muchos de los detenidos, como ocurrió el primero de diciembre, al final sean ajenos a los que les violaron derechos básicos, de modo que la represión deja víctimas pero no atrapa a los causantes de asaltar vitrinas y mobiliario urbano, de lanzar bombas molotov, tubos y objetos peligrosos contra la policía uniformada, como cualquiera pudo ver a través de la televisión e Internet.
i hay una valla de policías en una calle y los agredo nomás porque sí, estoy cometiendo un acto ilícito; si hay un vidrio en la fachada de un edificio y lo rompo, estoy cometiendo un acto ilícito; si hay un teléfono público y lo destrozo, estoy cometiendo un acto ilícito; si una señora va caminando a su trabajo o a comprar una torta y la agredo, estoy cometiendo un acto ilícito. ¿Por qué, entonces, los que cometen dichos actos ilícitos no deberían ser detenidos, acusados, juzgados y, de demostrarles culpabilidad, encarcelados?
n mi entrega anterior argumenté el acierto del presidente Maduro al expulsar de Venezuela a Kelly Keiderling Franz, encargada de la embajada yanqui en Caracas.
a fuerza de la naturaleza con la que fueron azotados diversos estados del país puede hacer pensar que los problemas causados por fenómenos naturales son inevitables, lo mismo que sus consecuencias. En realidad, el mundo ha evolucionado lo suficiente para hacerse cargo de estas eventualidades y reducir al mínimo sus impactos sociales y económicos. El último Informe sobre el Desarrollo Mundial 2014, elaborado por el Banco Mundial y que se ha hecho público estos días en Washington, se dedica precisamente a discutir el problema del riesgo y las oportunidades económicas, políticas y sociales que plantea su control.
unca olvidarán este año, dijo mi madre dirigiéndose con una sonrisa de dicha a nosotros dos. No, señora, no lo olvidaremos nunca, se lo juro
, respondió David con una cara descompuesta entre tristeza y rabia. Era 1968. Octubre.
a Compañía Nacional de Teatro (CNT) sigue ampliando su repertorio –esta vez en su Quinto Ciclo, Teatro Mexicano– con una obra de Bárbara Colio dirigida por Richard Viqueira, quien ya antes había trabajado un texto de la dramaturga, Cuerdas, al que imprimió algo de su muy personal e imaginativa manera. Carnada continúa la exploración y crítica del capitalismo salvaje que ha convertido a las personas en competidoras en todos los campos, que la autora ha hecho dentro de su escritura, aunque quizás seguir una de las líneas argumentales (con algunas notables salvedades) de un clásico como es El Rey Lear de William Shakespeare no lo convierte en contemporáneo. Transformar a las tres hijas de Lear (Gomeril, Reagan y Cordelia) en tres varones (Primero, Segundo y Tercero) responde, a mi entender, más a las necesidades escénicas que a las del contenido mismo, ya que las mujeres somos también, y a veces más, competitivas.