El limón no mata bacterias como la que provoca el cólera, por lo que todos los alimentos deben estar cocidos para su consumo, y de esa manera prevenir la enfermedad. También es importante la cloración del agua, alertó la Secretaría de Salud (Ssa).

La casi desaparición del cólera en México durante la última década fue posible por el saneamiento impulsado en el país, con medidas como la limpieza del agua y/o su desinfección para consumo, así como por las medidas de higiene general, entre otras lavarse la manos con agua y jabón antes y después de ir al baño y previo a la preparación de alimentos.

Cuitláhuac Ruiz Matuz, director general adjunto de Epidemiología de la Ssa, comentó que la pandemia de influenza de 2009 también ayudó a fortalecer en la población la conciencia sobre la importancia de la prevención de enfermedades. Recordó que en aquel momento, una de las principales recomendaciones a la población era el lavado de manos.

La Ssa informó el pasado lunes que el número de personas que contrajeron la bacteria vibrio cholerae ya asciende a 44, y que hay otras 33 sospechosas de ser portadoras. Aunque la dependencia descartó que el problema se vaya a extender a otras zonas del país, especialistas comentaron la relativa facilidad con que se transmiten enfermedades, por el tránsito de individuos entre países y porque es suficiente el contacto con agua contaminada para adquirir el mal.

A México –dijo– le ayuda que a lo largo de estos años se desarrolló un sistema de prevención e información que prácticamente toda la sociedad conoce, como la cloración del agua. Recordaron que hace algunos años, la autoridad sanitaria alertó sobre que los gobiernos municipales incumplían con su responsabilidad de garantizar la limpieza del vital líquido, lo cual en su momento buscó corregirse.

Ruiz Matus comentó que la vigilancia epidemiológica es una actividad rutinaria en el caso del cólera, y que del total de infecciones diarreicas agudas que se registran en el país se toma una muestra del 2 por ciento para su análisis en laboratorio y descartar la presencia de la infección bacteriana.

Aseguró que esta actividad permitió la identificación de los primeros casos de cólera a principios de septiembre. Respecto a la forma de ingreso de la enfermedad en esta ocasión, comentó que si bien se puede identificar la ruta que siguió la bacteria, es impredecible. Así ocurrió en 1991, cuando la epidemia provino de Perú. Se esperaba su ingreso a territorio nacional por Chiapas, pero los primeros casos se presentaron en el estado de México.