Moscú, 1º de octubre.

Nueve días después de iniciar el ayuno, Nadezhda Tolokonnikova suspendió este martes la huelga de hambre después de que la visitó en el hospital Vladimir Lukin, comisionado para los Derechos Humanos de Rusia, instancia dependiente del Kremlin, quien le dio su palabra de que sería reubicada en otro centro penitenciario, .

Esa era una de sus mayores demandas. Se negó a ingerir alimentos en señal de protesta extrema, el lunes de la semana anterior, tras recibir amenazas de muerte de la administración del llamado campo de trabajo IK-14 de Mordovia (600 kilómetros al este de Moscú) y denunciar las condiciones infrahumanas a que somete a las reclusas.

Antes de ver a Tolokonnikova, Lukin se entrevistó con el director del sistema penitenciario de Rusia, general Guennadi Kornienko, y el de Mordovia, general Oleg Simchenkov, quienes se comprometieron a no poner más objeciones para su traslado a otra prisión.

El sistema penitenciario de Mordovia, mediante un breve comunicado, confirmó esta noche la suspensión de la huelga de hambre y reportó que el estado de salud de Tolokonnikova es delicado pero estable. El viernes anterior, cuando se le trasladó al hospital, su situación era calificada de muy grave.

El diputado Ilia Ponomariov, que también estuvo presente en la reunión con Tolokonnikova, dijo que la integrante del grupo Pussy Riot también tomó en cuenta la opinión de los médicos al aceptar que era necesario poner fin al ayuno.

La joven, condenada a dos años de prisión por cantar una oración punk contra el presidente Vladimir Putin en la catedral ortodoxa de esta capital, permanecerá un tiempo en el hospital, empezó a recibir suero y, según los médicos, tendrá una dieta especial.

Ni su esposo, Piotr Versilov, ni sus abogados han podido ver o hablar por teléfono con Tolokonnikova desde el jueves pasado, en lo que parece una forma de venganza por las denuncias de la integrante de Pussy Riot.

En tanto, los miembros del consejo de derechos humanos que visitaron el IK-14 presentarán al presidente Putin un informe con sus conclusiones, el jueves de esta semana, pero ya varios –a título personal– adelantaron que las denuncias de Tolokonnikova se confirmaron parcialmente, en lo referente al régimen de trabajo por encima de las ocho horas de ley, la falta de días de descanso y los castigos infligidos a las reclusas.

No encontraron evidencias ni testigos que corroboren las amenazas de muerte. También hubo reclusas que hablaron mal de Tolokonnikova y que negaron sus denuncias.

Casualmente son las que pertenecen a la sección orden y disciplina, antes comunes en todas las cárceles de Rusia y prohibidas desde 2010, donde la administración mete como castigo a las reclusas inconformes para que sean humilladas y golpeadas por sus compañeras, servicio que se paga con la recomendación a los jueces de dejar en libertad condicional al cumplir la mitad de su condena, aunque sea por asesinato.

Al mismo tiempo, y también como opinión personal, algunos integrantes de la delegación del consejo se hicieron eco de la versión de la administración del centro penitenciario, en el sentido de que la huelga de hambre de Tolokonnikova no fue decisión de ella y se preparó desde fuera, achacando la responsabilidad a Versilov y la abogada Irina Jrunova.

Ambos lo negaron de modo categórico y Versilov reviró que su insistencia en querer ver y hablar con su esposa era para pedirle que suspendiera el ayuno. Nadia (diminutivo de Nadezhda) es una persona muy independiente, fuerte y terca, y decir que alguien pudiera obligarla a hacer huelga de hambre es un disparate, subrayó Versilov.

Tolokonnikova, a quien le fue negado el beneficio de la libertad condicional desde que cumplió la mitad de su condena, deberá quedar en libertad en marzo de 2014.