Economía
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Hay estabilidad macroeconómica, pero la economía no es dinámica

El bajo PIB por persona limita al país ante desaceleraciones, dice S&P
 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de agosto de 2013, p. 24

El bajo nivel del producto interno bruto (PIB) por habitante en México limita la capacidad del país para sortear desaceleraciones económicas y acota la capacidad de endeudamiento de las personas, afirmó Standard and Poor’s (S&P), una de las principales firmas calificadoras del mundo.

Aunque México ha mantenido una estabilidad macroeconómica, su economía adolece de dinamismo. Los bajos niveles de ingreso, la amplia fuerza laboral informal y el ejercicio de la ley relativamente débil limitan las perspectivas de crecimiento del crédito y la penetración bancaria, sostuvo S&P, en un análisis de riesgo de la industria bancaria en México, divulgado este martes. Estas condiciones dan como resultado un elevado riesgo crediticio, afirmó.

En el terreno positivo, añadió, el sistema financiero mexicano no muestra desequilibrios económicos, ya que el crédito ha crecido a un ritmo moderado en comparación con el PIB, y los precios de la vivienda se han mantenido relativamente estables durante los últimos cinco años.

Los bancos tienen adecuados estándares de originación de préstamos y buena rentabilidad debido a un entorno competitivo saludable, consideró. Su marco regulatorio adecuado está en línea con estándares internacionales y ha impulsado niveles de capitalización saludables en el sistema, opinó. Una base de depósitos adecuada y estable respalda el fondeo a nivel del sistema en México.

Las políticas gubernamentales han impulsado la estabilidad económica, aunque el crecimiento del PIB ha promediado un bajo 2.3 por ciento en los últimos 11 años y 1.1 por ciento sobre una base per cápita. Esta lenta tasa de crecimiento no es satisfactoria para las tendencias demográficas o de la fuerza laboral y la productividad es débil, abundó S&P.

El producto interno bruto por habitante es el resultado de dividir el valor de la economía entre el número de habitantes del país y es considerado una medición amplia de la distribución del ingreso.

Las tasas de pobreza aumentaron y la población cuyo ingreso es insuficiente para cubrir las necesidades básicas, como alimentos, salud, educación, ropa, llegó a 52 por ciento del total en 2010 (cifra más reciente disponible), frente a 48 por ciento en 2008 y 43 por ciento en 2006, añadió.

El sector bancario tiene capacidad para crecer, pero el crédito canalizado por las instituciones financieras todavía es muy bajo: 26 por ciento del PIB (o 18 por ciento si solamente se considera la banca comercial).

Debido a la falta de perspectivas de crecimiento más boyantes y dado el tamaño de la fuerza laboral informal y la tasa de pobreza, el sistema bancario afronta un panorama limitado para expandirse sin incurrir en mayores riesgos.

Incluso si el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto logra aprobar e implementar las reformas para afianzar la estabilidad macroeconómica, mejorar la competitividad y productividad en la economía y fortalecer sus cuentas fiscales, los efectos sobre el sistema financiero serán graduales, opinó.

En particular, no esperamos una mejora dramática en los niveles de ingreso per cápita o en el ejercicio de la ley a corto plazo. Asimismo, prevemos que la expansión crediticia se mantendrá moderada y los precios de la vivienda en niveles constantes, generando estabilidad.