Lula demanda al PT efectuar profunda renovación
; aplaude movilizaciones recientes
Viernes 19 de julio de 2013, p. 30
Río de Janeiro, 18 de julio.
Las fuerzas armadas de Brasil montaron barreras alrededor del Campus Fidei, en la zona metropolitana de Río de Janeiro, donde el papa Francisco celebrará a finales de este mes una misa al aire libre, para clausurar la Jornada Mundial de la Juventud, que estará resguardada por 22 mil uniformados, entre policías y soldados.
La intención de los militares es evitar que se produzcan protestas cerca de los lugares donde el pontífice realizará actividades, un mes después de que las principales ciudades de Brasil fueron escenario de masivas movilizaciones de jóvenes que reclamaron al gobierno por el elevado gasto en la preparación y celebración –en junio pasado– de la Copa Confederaciones y del Mundial de Futbol de 2014.
Desde ahora se sabe que grupos organizados de manifestantes y personas enmascaradas no podrán ingresar a la misa en el llamado Campus Fidei (campo de la fe), en Guaratiba, localidad suburbana de Río de Janeiro.
El general José Alberto Abreu, responsable de las operaciones en la zona, informó que las tropas acompañarán
a los jóvenes que se reunirán con Francisco, pero dijo que los soldados no serán enviados a las calles, a menos que surja una orden expresa de la presidencia de Brasil.
Abreu anticipó también que los 7 mil soldados asignados al acto podrán arrestar a personas que improvisen protestas o levanten carteles con leyendas de crítica política. Además de la tropa, unos 15 mil miembros de cuerpos policiales federales y estatales se ocuparán de la vigilancia en Campus Fidei. Todos contarán con el apoyo de 12 helicópteros y 380 vehículos terrestres.
El tema de las manifestaciones populares se mantiene vigente en medios informativos y círculos políticos del país.
El diario O Estado de Sao Paulo confirmó hoy que a causa de las marchas la presidenta Dilma Rousseff perdió 28 puntos –de 58 a 30– en las encuestas que miden la intención de voto para las elecciones del año próximo, mientras el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva ha ganado terreno.
Lula, que el miércoles negó rumores sobre un supuesto retorno del cáncer de laringe que le fue diagnosticado en 2011, declaró hoy nuevamente su satisfacción por el hecho de que jóvenes y gente de clase media haya salido a reclamar mejores servicios públicos, una reforma política y acciones contra la corrupción en el gobierno. El ex mandatario llamó al Partido de los Trabajadores –fundado por él– a dar paso a una profunda renovación
interior.