Rompe su silencio el presidente del gobierno español y descarta que vaya a renunciar
Luis Bárcenas presenta ante la justicia registros de compensaciones ilícitas a líderes del partido
Martes 16 de julio de 2013, p. 28
Madrid, 15 de julio.
El presidente del gobierno de España, el conservador Mariano Rajoy, descartó hoy renunciar, en momentos en que Luis Bárcenas, tesorero del Partido Popular (PP) durante dos décadas, ratificó ante la justicia su denuncia de la existencia de una contabilidad B
en la formación política y que el actual mandatario recibió sobresueldos ilegales cuando era ministro bajo la administración de José María Aznar.
Bárcenas decidió por vez primera declarar ante la justicia para contar todas las irregularidades, trama y corrupción en el PP en los últimos 30 años. Entregó un soporte informático con datos, números contables y originales, con lo cual se probaría el pago de sobresueldos ilegales a dirigentes del partido, el financiamiento irregular y el pago de comisiones ilícitas a cambio de la adjudicación de obras públicas.
Más aún: ratificó que Rajoy no sólo cobró sobresueldos ilegales durante su etapa de ministro durante los gobiernos de Aznar, sino habría recibido algo más de 50 mil euros en 2009 y 2010, que fueron entregados en un sobre y billetes de 500 euros.
Encarcelado en la prisión de alta seguridad de Soto del Real, después de que le detectaron numerosas cuentas bancarias en paraísos fiscales, donde tendría poco más de 50 millones de euros, y de que sus antiguos compañeros de partido le dieron la espalda y lo acusaron de delincuente
, Bárcenas decidió confesar todas las irregularidades de un partido que actualmente concentra el mayor poder en la historia de la joven democracia española.
Su declaración ante el juez instructor de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, es la primera desde que se inició el proceso en su contra, hace cuatro años, en la que colabora con la justicia. Durante cuatro horas contestó las preguntas sobre las que antes callaba y, lo más importante, entregó un soporte informático con los registros de la contabilidad secreta del PP, incluidos algunos recibís
, que probarían, entre otras cosas, la entrega de 200 mil euros al PP de Castilla-La Mancha cuando lo dirigía la actual secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
Una de las revelaciones más delicadas de Bárcenas ante el magistrado fue que entre 2009 y 2010 pagó alrededor de 90 mil euros en efectivo, en billetes de 500 euros y en sobres color marrón, al propio Rajoy y a Cospedal. Bárcenas reconoció una de las principales acusaciones del escándalo, que durante décadas se pagaron sobresueldos ilegales a los principales dirigentes del partido, que en muchos casos, además de vulnerar la ley de compatibilidades de la administración pública, habrían violado la legislación fiscal.
La mayor parte del dinero negro que manejaba el PP para su financiamiento procedía de las donaciones ilegales que aportaban empresarios amigos
, quienes a cambio
recibían las adjudicaciones de millonarios contratos públicos. Y así se cerraba el círculo de la corrupción institucionalizada no sólo en el partido, sino en numerosas administraciones autonómicas, municipales y centrales, sobre todo en las regiones de Valencia, Madrid e islas Baleares.
Bárcenas también confesó que durante el proceso judicial recibió varios mensajes del PP y de Rajoy, quien le habría ofrecido, a través de un abogado cercano
, el pago de medio millón de euros a cambio de que durante su declaración judicial negara la contabilidad paralela y retirara la denuncia por despido improcedente que había interpuesto ante la justicia. Relató que el pasado fin de semana recibió una amenaza velada de otro abogado, próximo al PP, quien le advirtió que si confesaba todo lo que sabía su mujer iría a prisión, mientras que si guardaba silencio habría maniobras para quitar al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, del cargo
.
La respuesta
Una semana después de que se entregaron los documentos originales de la contabilidad secreta del PP que lo señalaron como uno de los principales beneficiados del sistema de pagos de sobresueldos ilegales, Rajoy rompió finalmente su silencio. Pero lo hizo obligado por las circunstancias, ya que recibió en La Moncloa al presidente de Polonia, Donald Tusk, y el protocolo impone a una rueda de prensa conjunta. Rajoy y su equipo de comunicación hicieron una maniobra que molestó profundamente a los periodistas que cubren la fuente de la presidencia, ya que no dio la palabra al comunicador que le tocaba preguntar en nombre del resto de los compañeros y que tenía previsto hacerle tres preguntas pactadas entre ellos. En cambio, dio la palabra al enviado del periódico ABC, quien habría acordado las preguntas con el equipo de comunicación de la presidencia.
Una vez formulada la pregunta a modo, Rajoy leyó su respuesta: El estado de derecho no se somete a chantaje. Y ni se ha producido ni se va a producir indicación, sugerencia o presión alguna a la justicia
.
A la exigencia de ciudadanos y partidos de la oposición de que renuncie, el mandatario respondió: Aquí hay un gobierno estable que va a cumplir con el mandato que le han dado los españoles en las urnas, y si otros quieren jugar a otras cosas esa es su responsabilidad
. Y finalizó su intervención al asegurar que no se puede pedir a un presidente del gobierno que esté desmintiendo un día sí y otro también informaciones publicadas. No voy a entrar a eso
. Insistió en que ya dio respuestas abundantes cuando se presentó ante los medios de comunicación a través de una televisión de plasma y sin derecho a preguntas.
Para defender lo que calificó de fortaleza
y pulcritud
del actual gobierno y del PP, también compareció la número dos del partido, María Dolores de Cospedal. Tengo que esperar a lo que haga el juez, que es quien debe tomar la decisión, pero hoy me gustaría que se produjera, porque me daría pie a desmentir estas calumnias en sede judicial
, señaló tras reiterar que son rotundamente falsas
las acusaciones.
Abuchean a la reina Sofía
Por otra parte, la reina Sofía y el ministro de Industria, José Manuel Soria, fueron abucheados durante una visita en Asturias.
La reina saludaba a las personas congregadas en el parador del monasterio de Corias, que acudió a inaugurar en la localidad de Cangas de Narcea, cuando empezaron los abucheos de más de un centenar de mineros.