Miércoles 10 de julio de 2013, p. 28
Washington. Legisladores demócratas, mismo partido del presidente Barack Obama, advirtieron ayer que pedirán al mandatario que ejerza su autoridad para poner fin a la alimentación forzada de 45 presos en huelga de hambre en la cárcel de Guantánamo, situación que una influyente senadora calificó de cruel. Los detenidos son atados a una silla, y dos veces al día les introducen tubos por la nariz hasta el estómago, tal vez recubierto de aceite de oliva, obligándolos así a alimentarse. Eso lleva semanas
, lamentó Dianne Feinstein, presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, quien visitó la base militar de Guantánamo, en Cuba, el 7 de junio. Una juez rechazó el lunes la demanda del sirio Abu Wa’el Dhiab, de que cesara la alimentación forzada durante el ayuno del mes sagrado del Ramadán. La juez Gladys Kessler explicó que las leyes aprobadas por el Congreso le impedían intervenir, pero que quedaba una persona con la autoridad de enfrentar ese problema
, esto es, el presidente.