Buenos Aires, 20 de junio.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo hoy que si su papel en la historia es abrir el debate por una justicia democrática, voy a aguantar todo, en respuesta a la Suprema Corte que –con una disidencia– declaró inconstitucional la ley que permitía la elección por voto popular de los miembros del Consejo de la Magistratura, entre otros.

Durante un acto masivo por el día de la bandera, en la ciudad de Rosario, la mandataria se refirió a su compromiso para democratizar a los tres poderes del Estado, no para este gobierno ni para el que viene, sino para la historia, y recordó que a ella le correspondió abrir el debate por una justicia democrática, legítima y mejor.

Hizo un llamado a trabajar para lograr un Poder Judicial que dé verdadera seguridad, porque no hay buena seguridad sin buena justicia.

En un discurso dirigido a 40 millones de argentinos, según lo expresó, la mandataria advirtió que la carga (de enfrentarse a estas situaciones) es pesada y difícil, y sé también que me la van a hacer todavía más difícil, porque cuando uno toca determinadas corporaciones, determinados poderes, enseguida viene el vuelto.

En otra parte de su discurso con severas críticas a los magistrados, que en dos días tomaron esta decisión, mientras mantienen en vilo a la población ante la falta de respuesta para que finalmente se pueda hacer efectiva la ley de medios votada hace tres años por el Congreso, la mandataria se refirió a un virtual poder de veto que se ha arrogado la justicia.

Ha aparecido en la República, contrariando a todo el sistema constitucional, un derecho de veto que solamente la Constitución le reconoce al Poder Ejecutivo y que hoy se ha trasladado al Judicial, que veta las leyes que votan los legisladores.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó ayer la celebración por el día de la bandera en Argentina, y luego dirigió un discurso a la nación sobre su labor por una reforma judicialFoto Xinhua

Y en este caso se permitió ironizar: a los que hablan de relección, les digo que en 2015 quiero ser juez, la verdad es esa ¿para qué presidenta? No, (juez) de la Corte, una apenas de primera instancia, para poder tener una lapicera, un papel, una cautelar y firmar, y qué me importa lo que vote la gente y lo que voten los senadores y los diputados, si total lo tumbo todo.

También hizo alusión a todos los privilegios de los magistrados que no deben hacer declaraciones juradas, no pagan impuesto sobre ganancias, entre otros.

Una vez más, advirtió que no tiene miedo: mi compromiso es con la historia y fundamentalmente con la memoria de los que dieron su vida por una patria mejor.

Perdieron la oportunidad de protagonizar un proceso de cambio dentro del Poder Judicial, dijo al referirse a la Suprema Corte, ya que la estructura de la justicia nunca ha sido tocada, a pesar de que muchos de los que hasta hoy ocupan altos cargos judiciales estuvieron durante las pasadas dictaduras y en especial la última (1976-1983).

La mandataria repasó brevemente algunos logros de su gestión y consideró que la elección popular de quienes controlan y eligen a los jueces no se trata de una cuestión que afecta al derecho constitucional ni a la institucionalidad, tal como esgrimieron los miembros de la Suprema Corte, sino de la posibilidad de tener una vida mejor para todos los argentinos.

Antes del acto, la mandataria fue declarada huésped de honor por la intendenta de Rosario, Mónica Fein, quien la acompañó, ya que el gobernador socialista de Santa Fe, Antonio Bonfatti, forma parte de la comitiva argentina que viajó a plantear la demanda argentina, sobre el derecho de soberanía en las islas Malvinas, ocupadas desde 1833 por Gran Bretaña, ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas.