La ciudad de México se ha caracterizado siempre por ser una urbe de brazos abiertos para los exiliados, señaló el representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Hamdi Bukhari, al señalar que en la capital del país viven más de 75 por ciento quienes se han visto obligados a dejar su país para huir, principalmente de la violencia.

Al inaugurar la exposición Ciudad de México, ciudad solidaria, capital de asilos, en la sede de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Bukhari destacó la importancia de la capital del país en la acogida a refugiados y la larga experiencia y tradición de asilo.

El representante del ACNUR en México señaló que, según las estadísticas del organismo, la mayoría de las personas que por distintos motivos han tenido que hacer del DF su lugar de residencia provienen de países de Centroamérica.

Agregó que los refugiados que llegan a la ciudad de México tienen altas perspectivas de integración y la posibilidad de vivir con el goce de los derechos que la legislación mexicana otorga a todos sus habitantes.

Hizo un llamado a ponerse en los zapatos de las personas refugiadas y a mantener la solidaridad hacia estas personas, las más honorables del mundo, porque una sola familia separada por la persecución o la guerra, es demasiado, dijo Hamdi Bukhari.

Sensación de enorme libertad

En el acto también participó la embajadora de Argentina en México, Patricia Vaca, quien se refirió a su experiencia como refugiada, cuando en 1976 llegó al Distrito Federal junto con 27 integrantes de su familia huyendo de la dictadura militar de su país.

Veníamos con una carga muy fuerte, dijo al señalar que en su país se habían quedado familiares desaparecidos o presos. La primera salida que tuvimos (en la ciudad) fue esa sensación enorme de libertad, recordó.

De su lado, el primer visitador de la CDHDF, Mario Patrón, manifestó que conocer la historia del país y de la ciudad de México pasa necesariamente por conocer su tradición de asilo, nuestra capacidad de acogida de aquellos que por definición no son nacionales.

Agregó que si bien es preciso aplaudir la política exterior de puertas abiertas, es aún más trascendente reivindicar el valor de solidaridad de los mexicanos para con los exiliados.