Miércoles 12 de junio de 2013, p. a14
Buenos Aires. La muerte de un hincha de Lanús, el pasado lunes en el estadio de La Plata, añadió otro grave episodio de una escalada de violencia que amenaza al futbol de Argentina, donde a la impunidad y negocios de los aficionados violentos se suma la brutalidad policiaca. Javier Gerez, de 42 años, murió tras recibir un disparo de bala de goma en el pecho disparada a 60 centímetros por un uniformado, poco antes del inicio del encuentro entre su equipo, Lanús, y el local Estudiantes, que finalmente fue suspendido. Tres policías fueron detenidos por el hecho y las autoridades prohibieron la asistencia a los estadios de la afición visitante en las dos últimas fechas del torneo Final, en todas las divisiones. Además, el pasado sábado fue suspendido el partido entre el local Vélez y All Boys tras severos enfrentamientos de barrasbravas con la policía, mientras que hinchas del Independiente, a punto de descender, destrozaron butacas en el estadio de River Plate.