Sábado 11 de mayo de 2013, p. 7
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un mensaje en el que felicita y agradece a las mamás del país e insta a los feligreses a orar por todas las que ya no se encuentra físicamente con sus seres queridos.
Señaló que en la actualidad hay muchas madres que enfrentan situaciones difíciles: las solteras o abandonadas, las viudas, las maltratadas, las que padecen la indiferencia o ingratitud de sus hijos o del mundo, las que se sienten solas, las que sufren por un hijo enfermo o que va por mal camino, las que están enfermas, las que pasan grandes apuros para sostener su hogar, las que sufren algún tipo de explotación y las que lloran la muerte de un hijo.
La palabra de Dios nos recuerda el deber de honrar a la madre, lo que implica amarla, valorarla, respetarla, cuidarla, obedecerla y ayudarla siempre, especialmente en la enfermedad, la necesidad y la ancianidad. Escuchando la voz de Dios, esforcémonos todos por hacer de nuestra familia y de nuestra sociedad lugares en los que se valore, respete, promueva y defienda la maternidad y el don de la vida humana
, destaca.
En una carta firmada por el presidente de la CEM y arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, se refiere que la madre, a la que el Creador ha confiado el don de la vida, es sonrisa de Dios para el niño que concibe y da a luz; lo cuida y alimenta, lo acepta como es, brindándole todo su amor; lo acompaña con ternura siempre, particularmente en la enfermedad y en los momentos difíciles; guía sus pasos y lo educa en la ciencia de la vida, ofreciéndole su comprensión, servicio y perdón
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