El delantero falló una gran ocasión, pero después se reivindicó al anotar un espectacular gol
Los del estado de México se meten en la lucha para obtener un boleto a la liguilla
Monterrey mantuvo su racha de no conseguir la victoria en el Nemesio Diez
Lunes 8 de abril de 2013, p. 2
Toluca, 7 de abril.
El Toluca derrotó 1-0 al Monterrey y encendió la llama de la esperanza por lograr un boleto a la liguilla. El actual subcampeón empató en 18 puntos con Morelia, Xolos y Gallos Blancos, mientras que los Rayados se rezagan con 17 unidades.
Luego del fracaso en la Copa Libertadores, donde quedó eliminado, el cuadro escarlata enfiló sus baterías hacia el torneo de Liga y esta tarde Juan Carlos Cacho tuvo una actuación contrastante, con una gran falla ante marco abierto que le mereció rechiflas del público, aunque minutos después lavó su error, marcó la solitaria anotación del juego al minuto 70 y salió entre aplausos.
Los Diablos Rojos tuvieron las mejores llegadas en el primer tiempo, aunque fue Severo Meza el primero en tocar la puerta con un disparo de larga distancia que Alfredo Talavera atajó. Enseguida el Pájaro Édgar Benítez se desplazó a velocidad por el carril izquierdo y sacó un tiro cercano a la meta defendida por Juan Ibarra, guardameta de los regios.
Al minuto 27, de nuevo Benítez explotó el carril izquierdo, superó a Hiram Mier e Ibarra rechazó con apuros, al contrarremate llegó Lucas Silva, cuyo disparo resultó desviado.
El Monterrey, decidido a terminar con la historia sin triunfos en el Nemesio Diez, intentó marcar por conducto de Jesús Corona, Guillermo Madrigal y el Chelito Delgado; no obstante, Talavera estuvo atento y solvente a la hora de defender su marco.
En la recta final, Antonio Ríos desaprovechó una ocasión importante y su tiro a gol resultó sin fuerza, justo hacia los pies de Ibarra, quien sólo tuvo que agacharse y recoger el esférico.
Ambos equipos salieron con mayor determinación para la segunda parte. Monterrey fue el primero en generar una acción importante, cuando al minuto 49 Omar Arellano desquició la zona baja escarlata y cedió el balón para que César Delgado rematara, el Chelito tuvo mala fortuna y estrelló el esférico en el poste derecho de la portería de Talavera.
La respuesta del Toluca fue de la misma magnitud al 53 de acción. Antonio Ríos asestó un buen cabezazo con firma de gol; no obstante, el guardameta Ibarra se estiró y con la mano derecha logró desviar el potente envío.
Juan Carlos Cacho cometió una falla garrafal al minuto 61, después de que Sinha remitió excelente servicio para que Lucas Silva rematara, el disparo se estrelló en el poste izquierdo y el rebote fue para Cacho, quien ante el marco desguarnecido remató pésimo y la echó a un lado.
Cacho quedó perturbado tras el grave desperdicio que ahogó el grito de gol en las tribunas; sin embargo, luego de otro buen arribo del Monterrey que Omar Arellano no pudo coronar, los choriceros hicieron otra descolgada, desde la izquierda Cacho remitió un centro horrible que arrancó abucheos y rechiflas.
Pero cuando más hostil estaba el ambiente, Lucas Silva levantó la cara y observó a Cacho en el área grande, tiró el pase y Juan Carlos se elevó para rematar con un excelente cabezazo que se incrustó a la derecha de Ibarra al minuto 70. Fue un golazo incontestable que Cacho celebró pidiendo silencio al público que lo había increpado y que lo despidió seis minutos después con una merecida ovación.
En el banquillo de los visitantes, el técnico Víctor Manuel Vucetich sustituyó a Severo Meza por Jesús Zavala, al Chelito Delgado por el Chupete Suazo y completó con el ingreso de Aldo de Nigris en lugar de Héctor Morales; sin embargo, los recién ingresados poco pudieron aportar y el ataque del cuadro regio continuó deprimido.
En la recta final el balón estuvo más tiempo en posesión de los mexiquenses, cuyos ataques fueron lentos. Los pupilos de Enrique Meza procuraban asegurar el balón en cada pase con esporádicas explosiones, las cuales fueron por cuenta del Pájaro Benítez.
Al minuto 87 Guillermo Madrigal dio gran pase al Chupete Suazo, quien aplicó una volea que pasó apenas por encima del larguero; Talavera vigiló la trayectoria. Esa llegada animó a los norteños que se volcaron al frente, pero los Diablos defendieron bien su mínima ventaja.