Martes 2 de abril de 2013, p. 37
Greenpeace lamentó que el debate en torno a la reforma energética se centre en la privatización de Pemex, y se ignore la posibilidad de aprovechar de manera racional las fuentes de energía renovable, como la solar, eólica, geotérmica y pequeñas plantas hidroeléctricas, las cuales podrían aportar 81 por ciento de la generación eléctrica para 2050.
En el documento La reforma energética que México necesita indica que en sentido estricto una reforma debería modificar la forma en que se obtienen los recursos energéticos y decidir cuáles son los necesarios para satisfacer la demanda que requiere la vida productiva nacional para mantener el crecimiento económico, el desarrollo social y la sustentabilidad ambiental
.
Destacó que con la introducción de tecnologías renovables se podrían disminuir los costos en generación de electricidad en comparación con un esquema basado únicamente en combustibles fósiles, de los que el país depende para generar 81 por ciento de la electricidad que consume.
Además, indicó que a pesar de que México cuenta con legislación para impulsar energías renovables, producto de la reforma energética de 2008, a casi cinco años no se ha detonado una verdadera transición energética
Deben eliminarse los subsidios a los combustibles fósiles
El documento plantea que se deben establecer acciones de eficiencia energética, ya que se espera que la demanda total de energía aumentará en 103 por ciento para el año 2050 de continuar el actual nivel de consumo. Sin embargo, si se introducen normas obligatorias en la materia, aplicables a la industria, el transporte, servicios y el sector doméstico, la demanda disminuiría hasta en 50 por ciento para la mitad de este siglo, indicó.
Greenpeace consideró que se deben eliminar paulatinamente los subsidios generalizados a los combustibles fósiles y focalizarlos para una redistribución efectiva. Esto, explicó, porque se ha argumentado que este subsidio es socialmente responsable, pues favorece a las poblaciones empobrecidas
, pero en realidad ha beneficiado a quienes más tienen
.
Además, agregó, es un incentivo para la adquisición y la utilización de combustibles fósiles en mayor cantidad a precios más baratos, contamina a las ciudades, favorece el uso del transporte privado y el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, principales causantes del cambio climático.