La invención del cristianismo es un libro que, a decir verdad, me da pena presentarlo porque temo que produzca por allí infartos en algunas personas que todavía presumen de ser católicas, expresó el caricaturista Eduardo del Río, Rius, ante un repleto auditorio Bernardo Quintana, en el penúltimo día de la edición 34 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

“Les advierto que es un libro bastante fuerte, es más, no me atrevo a recomendárselos. Es un libro maldito, muchas librerías no lo quieren vender, dicen que es irreverente, irrespetuoso, herético, hace que las personas pierdan la fe.

Es un libro indigno de alguien que estuvo en el seminario estudiando para ser cura, dijo con gran sentido del humor, en alusión a sus orígenes.

Gran farsa

Una de las primeras cosas que Rius hizo al salir del seminario, aparte de probar el tequila, fue leer la Biblia como loco para saber “por qué nos lo tenían prohibido, y les di la razón a los curas: es una colección de barbaridades, tonterías, falsedades, de crímenes, donde aparece un dios cruel que ordena la muerte de niños, mujeres y ancianos.

No puede ser eso que haya un dios de ese tamaño de categoría, cruel y despiadado, que no le importa la vida de los demás. Cuando me di cuenta que la única prueba que hay de la existencia de dios es la Biblia, dije, no puedo creer en esta clase de dios. Me volví ateo por culpa de la Biblia.

Los datos incluidos en La invención del cristianismo (Planeta) aparecen en varios de sus libros anteriores, continuó Rius. En El manual del perfecto ateo y Puré de papas. En ese volumen traté de juntar toda la documentación que he conseguido a lo largo de más o menos 20 años de cómo es que realmente se hizo la Iglesia católica.

“Lamento que las personas al leerlo se van a dar cuenta que hay tres cosas fundamentales que van en contra de la fe: la primera es que Jesús no fue el mesías. Los que no creen en Jesús como mesías son obviamente los judíos, porque era un judío como todos ellos, que se levantó casi en armas contra los romanos, por eso lo agarraron preso.

“Segundo, Jesús no era hijo de dios, no salvó a los judíos de nada. Tercero, Jesús no hizo la Iglesia católica, cristiana. No pretendió nunca renunciar a su religión. En este libro demuestro paso a paso cómo se fundó la Iglesia católica y cómo pasó de ser una cosa inexistente, una pequeñísima secta judía, a la religión más poderosa del mundo, un imperio.

“Todo se ha inventado. Después de que desapareció la Santa Inquisición empezaron a surgir historiadores serios en todas partes, sobre todo en Palestina, y comenzaron a salir las verdades de lo que decía la Biblia en sus páginas.

Toda la historia del cristianismo ha sido una gran farsa. Estamos a tiempo de decir, permítanme pensar por mí mismo, no me atiborren el cerebro de cosas que no sé. La madre de todas las religiones es la ignorancia. Rius aseguró que la razón de mi vida ha sido que las personas se vuelvan ateas, vegetarianas y de izquierda.