Berlín, 28 de febrero.

El presidente italiano, Giorgio Napolitano, negó este jueves que su país esté enfermo, tras las elecciones que ganó la izquierda, pero sin conseguir el control de las dos cámaras del Parlamento, indispensable para formar gobierno.

Durante una visita a Berlín, el mandatario negó que hubiese un peligro de contagio para otros países europeos.

Para hablar de contagio, primero hay que estar enfermo. Nosotros no lo estamos en lo más mínimo, afirmó Napolitano.

Estoy seguro que en las próximas semanas habrá de formarse un gobierno, aseguró.

Actualmente, Italia no está sin gobierno. Mario Monti sigue en funciones y representará a Italia en el próximo consejo europeo a mediados de marzo, agregó, en alusión al primer ministro saliente, un tecnócrata impuesto por la Unión Europea.

Para el presidente de la principal federación patronal italiana Confindustria, Giorgio Squinzi, hay que propiciar un pacto entre todas las fuerzas de la izquierda, la derecha, el centro y las del (cómico Beppe) Grillo, con el fin de formar un nuevo gobierno. La economía real no puede esperar los sofismas de la política, agregó, en una entrevista publicada este jueves en La Repubblica.

En este contexto, el ex primer ministro Silvio Berlusconi, quien intenta nuevamente llegar al gobierno tras las elecciones del domingo y lunes, fue puesto bajo investigación por sospechas de sobornar a un senador para que se cambiara de partido en el 2006, según dijeron fuentes de la investigación.

El abogado de Berlusconi, Niccolo Ghedini indicó que la acusación no tiene ningún fundamento.

Según las acusaciones, el ex senador Sergio De Gregorio dijo a fiscales que Berlusconi le pagó 3 millones de euros (3.9 millones de dólares) para abandonar su partido y unirse al Pueblo de la Libertad (PDL), de Berlusconi, un cambio que desestabilizó al gobierno de centroizquierda y contribuyó a su eventual colapso.

Las nuevas acusaciones surgieron en otra investigación de corrupción contra De Gregorio, quien abandonó el partido Italia de Valores en septiembre de 2006 y fue relecto como senador del PDL en 2008.

En otro caso, la fiscalía de Reggio Emilia abrió una investigación por la promesa de campaña de Berlusconi de devolver los impuestos a la renta pagados el año pasado si la centroderecha ganaba las elecciones.

El caso se abrió tras dos denuncias presentadas por ciudadanos, que aseguran que la oferta constituye una compra de votos.