Pueden dañar la salud o el desarrollo
de los niños: procuraduría
Viernes 1º de marzo de 2013, p. 36
Moscú, 28 de febrero.
Sin el más mínimo ánimo de bromear, con estricto apego a la legislación que aspira a proteger a los niños de información que puede causar daño a su salud o su desarrollo
(así se llama una de las nuevas leyes), la procuraduría de Rusia prohibió exponer el acto sexual
y otras faltas de respeto a la moral en las vitrinas de uno de los principales centros comerciales de esta capital.
Así lo dio a conocer este jueves en su página web, en un breve comunicado: tras realizar una investigación, a petición de ciudadanos indignados
, se comprobó que las vitrinas del centro comercial TsUM, ubicado junto al Teatro Bolshoi, a unos pasos del Kremlin, contenían elementos de decoración como maniquíes, muñecos pequeños y robots en posiciones que imitaban la actividad de las personas, incluido el acto sexual entre un hombre y una mujer
.
Según la procuraduría, para los transeúntes, esas composiciones eran una falta de respeto a la moral, que puede afectar negativamente a los niños
.
Y reporta el exitoso desenlace de su intervención: los directivos del TsUM, ante la negativa repercusión de sus vitrinas en la sociedad, optaron por cambiarlas.
Asimismo, se advirtió al director general del centro comercial que, so pena de incurrir en responsabilidad penal, no debe volver a violar la legislación.
No es la primera vez que las vitrinas del TsUM provocan un escándalo.
Cuando las leyes eran más tolerantes no hace mucho, en 2011, el Sindicato de Ciudadanos de Rusia y otras organizaciones conservadoras lograron que se retirara de sus vitrinas la instalación Aestetics Acrobatics. Cosmic Autumn que se había presentado en uno de los mejores espacios de arte.
Dijeron que era inmoral
y una vergüenza
ver a unos robots copular
en pleno centro de Moscú, como gancho para vender ropa y otros artículos de lujo.
El año pasado, tampoco les gustó la nueva campaña publicitaria que calificaron de satánica
y hasta involucraron a voceros de la Iglesia ortodoxa rusa, los cuales presionaron a las autoridades para que el TsUM volviera a cambiar sus vitrinas.