16 de febrero de 2013     Número 65

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Produtores del altiplano

Cruzada por la buena alimentación

Álvaro Urreta Fernández Presidente de la Unión de Productores y Comerciantes de Hortalizas de la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda)


FOTOS: Álvaro Urreta Fernández

Empezamos a preocuparnos por la salud de las familias del Distrito Federal y su zona conurbada a principios del año 2002, cuando entablamos diálogo con cientos de mujeres y hombres que acudieron a la manifestación que realizamos en el Zócalo, para recibir sin costo lo que producimos, en un acto de protesta contra la iniciativa privatizadora de nuestro espacio comercial; ahí nos sensibilizamos de la importancia que tiene el que en sus mesas diariamente haya verduras y hortalizas frescas a precios accesibles.

Brócoli, nopales, lechugas, apio, rábanos, betabeles, cebollines, nabos, acelgas, espinacas, coliflores, coles, romeritos, chayotes, cilantro, perejil, hierbabuena, manzanilla, alcachofas, entre otras, son verduras y hortalizas que se producen en nuestros territorios ubicados en Morelos, Puebla, el Estado de México, Tlaxcala, Xochimilco y Tláhuac. Día a día entran al Mercado de Frutas y Hortalizas (MFH) decenas de vehículos de carga de compañeros de nuestra organización, la Unión de Productores y Comerciantes de Hortalizas de la Central de Abasto de la Ciudad de México (UPCH-Ceda), para distribuirse desde ahí a los mercados públicos de zona, tianguis, recauderías y tiendas departamentales, aunque con estas últimas tenemos dificultades en el pago a tiempo de nuestras entregas.

Así, nuestro trabajo cotidiano, vinculado a la producción y comercialización de verduras y hortalizas, nos permite afirmar que a pesar de la globalización, somos aún los pequeños productores quienes abastecemos de hortalizas a los habitantes de la Ciudad de México y el resto de los estados que integran el Altiplano Central Mexicano.

Nuestra conciencia alimentaria tomó forma y fuerza cuando apareció Julieta Ponce, cargando como siempre su morral de entusiasmo; con ella iniciamos una contribución modesta pero sistemática por la nutrición y el combate a la obesidad y la diabetes. El primer paso lo dimos al organizar, conjuntamente con el Centro de Orientación Alimentaria (COA Nutrición) y la Asamblea de Representantes –y con apoyo de las autoridades de la Ceda–, una expo y seminario sobre el papel de los productores en la alimentación saludable. De este hecho se derivaron muchas acciones, como las de la producción y distribución de recetarios de dieta sana, edición y reparto de calendarios que asociaban los productos con nuestros territorios y quehaceres comunitarios y entrevistas por radio, entre otras actividades.

Después de este primer esfuerzo, nos reencontramos con Abelardo Ávila, del Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ), y con Tere Shaman Levy, del Instituto Nacional de Salud Pública, a quienes conocimos en 1993 cuando realizaban sus trabajos de investigación sobre desnutrición infantil en comunidades rurales, rompiendo viejos paradigmas y dando a luz nuevos principios epistemológicos.

Abelardo y Tere catalizaron nuestras iniciativas por la alimentación saludable y las convirtieron en una pasión por la que trabajamos día a día. Gracias a ellos y su equipo de trabajo, muchos productores de nuestra organización conocernos mejor las propiedades nutricionales y el bajo valor calórico de las hortalizas que producimos y tenemos las tablas nutricionales de muchos platillos que pueden elaborarse al combinarlas correctamente para ayudar con ello a combatir la obesidad y la diabetes.

Desde entonces ya no soltamos esta pasión y, así, trabajamos por ofrecer mejores productos a quienes nos compran; a la vez, hemos prestado atención a la salud y la alimentación de nuestros pueblos, ayudados por el INCMNSZ y por estudiantes universitarios. Además y en aras de la productividad y la calidad de nuestras hortalizas, participamos en los foros y seminarios sobre temas relacionados con el abasto del agua y su calidad, la agroecología, los agro negocios sociales, la economía rural campesina, entre otros temas, convocados por varias universidades del país.

Creemos que para continuar apoyando las acciones por la alimentación saludable tenemos que fortalecer y proteger nuestros territorios frente a los acosos del crecimiento urbano, defender nuestro mercado en la Ceda, abrir nuevas líneas de comercialización y reforzar el vínculo con los saberes orientados al desarrollo local, territorial y alimentario; por ello, desde hace varios años nos hemos vinculado al proyecto Sistemas Agroalimentarios Localizados encabezado por Jesús Gerardo Torres Salcido desde la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en donde participan académicos de varias universidades de México, América Latina y Europa.

Sabemos también que debemos contribuir con otros esfuerzos para incidir en los cambios de políticas públicas en la lucha contra el hambre y las enfermedades emanadas de una mala nutrición, como la diabetes. Por ello firmamos el acta para la fundación del Capítulo México del Frente Parlamentario contra el Hambre; somos parte del grupo de trabajo presidido por la Comisión de Derechos Humanos del DF por la Alimentación Saludable, en cuyo espacio físico incluso hemos vendido nuestros productos a precios mucho menores que los que se ofertan en las tiendas departamentales; somos integrantes del Foro Nacional para la Construcción de la política Alimentaria y Nutricional en México (Fonan), y participamos en la Alianza por la Salud Alimentaria.

Coincidimos con quienes piensan que la lucha por una alimentación saludable requiere visión integral, interdisciplinaria y con participación simbiótica y sinérgica de actores con propuestas desde abajo y actores con propuestas desde arriba, en donde deben participar a la vez académicos, profesionistas libres, productores rurales, comerciantes del ramo alimentario, funcionarios de instituciones públicas, parlamentarios, consumidores organizados, medios de comunicación y empresarios sociales y privados vinculados con la transformación de los alimentos, laboratorios bioquímicos, entre otros muchos más; de lo contrario la desnutrición, la obesidad y la diabetes seguirán lastimando a muchas familias por el mal vivir y la muerte temprana. A nosotros como pequeños productores y comerciantes de hortalizas del centro del país, nos toca una pequeña porción de ese encadenamiento de la lucha contra la desnutrición, la obesidad y la diabetes que, como dice bien Ávila, “la dieta Mac Donald’s” está provocando.


Salud, bienestar animal y comunidades

Lourdes Rudiño


FOTO: Joan Grífols

El bienestar animal y el de las comunidades rurales están estrechamente vinculados, pues el confinamiento de animales para consumo, como cerdos y aves, genera cantidades inmensas de contaminación en el suelo, el aguas y el aire.

Por ello, el trabajo de concienciación que realizan organizaciones no gubernamentales, como Human Society International (HSI), para inducir a que las industrias pecuarias cambien sus “jaulas de batería” en que tienen a muchas gallinas ponedoras, y las jaulas de confinamiento de cerdas reproductoras, tiende a repercutir en mejores condiciones de vida de la población.

En entrevista, Sergio Moncada, director para la Protección a los Animales de Producción de HSI (que es la rama internacional de Human Society de Estados Unidos), señala que México no está a la vanguardia en este tema, pero “podría estarlo en una década”. En la Unión Europea (UE) las jaulas en batería para aves fueron prohibidas desde enero de 2012 y las jaulas de gestación de cerdas no pueden utilizarse a partir de enero de 2013. En Estados Unidos se está viendo un movimiento muy similar, pues nueve estados han prohibido las jaulas de gestación y 12 las jaulas en batería; en Australia voluntariamente la industria empezó poco a poco a deshacerse de las jaulas de batería de tal forma que 40 por ciento de las gallinas ponedoras están en sistemas donde las aves están en relativa libertad. Las decisiones de la industria en esos lugares han sido influidas por la actitud y demanda de los consumidores, la cual se transformó en menos de diez años.

Agenda Rural

Evento: Primer festival Pulque de mis amores. Tradición, cultura y sabores. Organiza: Varios. Fecha, lugar y horario: 2 de marzo 2013, en Santa Rosa Xochiac, calle Ojo de Agua, frente a la Capilla, delegación Álvaro Obregón, a partir de las 12:00 PM.


Libro: Mamá, papá: no quiero estar gordito. Autora: María Báez. Editado por: CONACULTA, Earth Food & Fire, Fundación Midete y Nosombrero.


Libro: La agroecología. En la construcción de alternativas hacia la sustentabilidad rural. Coordinador: Jaime Morales Hernández.Editorial: Siglo XXI Editores e ITESO.


Libro: Mujeres rurales en México que enfrentan la pobreza patrimonial con proyectos productivos Autores: Clotilde Hernández Garnica y Claudia Marcela Jerez Morales. Editorial Académica Española.


Libro: Los nuevos herederos de Zapata. Campesinos en movimiento 1920-2012. Autor: Armando Bartra. Editores: CNPA, PRD, Secretaría de Trabajadores del Campo, Desarrollo Rural y Pueblos Indios e Instituto de Estudios Rurales Maya.

Los sistemas de cría intensiva, explica Moncada, empezaron a prevalecer en Estados Unidos y la UE en los años 30’s y 40’s del siglo pasado; en los países en desarrollo, incluidos los de América Latina fueron introducidos en los 70’s y ahora dominan la industria global. Las jaulas en batería para gallinas ponedoras (que en México cubren 99 por ciento de la actividad) alojan en un espacio extremadamente pequeño a entre cinco y seis aves, lo que les imposibilita realizar sus comportamientos naturales, como estirar las alas, picotear el suelo, anidar en lugares aislados, caminar y ver la luz. Eso ocurre durante los aproximadamente dos años de vida reproductiva de estas gallinas.

En la industria porcícola (la cual en México está altamente industrializada en un 35 por ciento), las grandes explotaciones –como las de Norson, en Sonora, y Grupo Carrol de México (GCM) en Perote, Veracruz, y Puebla, copropiedad de la trasnacional Smithfield– encasillan a las cerdas reproductoras en jaulas apenas un poco más grandes que su cuerpo; cuando están listas para dar a luz las movilizan a otra jaula, e inmediatamente después las impregnan de nuevo (las preñan) y regresan al confinamiento. Los animales desarrollan esterotipias, esto es comportamientos que denotan gran estrés, como morder las barras de las jaulas y mecerse de un lado a otro.

Las grandes industrias como GCM tienen 30 mil o 50 mil cerdos en un mismo balcón, todos ellos generan desechos que son recolectados en el fondo del balcón, y luego son enviados a lagunas de oxidación que son del tamaño de un estadio. Esa alta concentración de heces y orina conlleva agentes patógenos, desechos de antibióticos –que se usan intensivamente en las granjas de manera preventiva para evitar enfermedades– y compuestos químicos. “Científicamente se ha probado que esto afecta a las comunidades aledañas a las granjas”, comenta el entrevistado.

Moncada señala que parte del trabajo de HSI en todo el mundo es intentar que la población; los industriales, los oferentes de alimentos, como los restauranteros; los gobiernos, y los mismos productores pecuarios tomen conciencia de esto, y que, las industrias transformen sus instalaciones y alojen a las cerdas y aves reproductoras en espacios que les permitan mayor libertad y bienestar.

Sergio Moncada se ha reunido en los meses recientes con representantes de la industria del huevo en México (en donde tres empresas, Bachoco, Proteína Animal y El Calvario, son dueñas de más de 40 por ciento de la producción), y “reconocen que el cambio a favor del bienestar animal es una tendencia que está ocurriendo en varias partes del mundo y que tarde o temprano se impondrá” en nuestro país. “Recibimos una respuesta positiva de Bachoco”. Habló también con Bimbo, “que, dijo, está en proceso de explorar en qué productos y en qué sitios pueden integrar el huevo orgánico y el de gallina libre”. Y algunos restauranteros asumieron el compromiso de adquirir sólo huevo de gallina libre.

“El que Bachoco, empresa multimilllonaria, esté etiquetando algunos de sus huevos como ‘procedentes de gallina libre’ nos hace saber que tienen esto en el horizonte”. Bachoco está certificando actualmente una proporción muy pequeña de su producción de huevo como “gallina libre”.

El entrevistado señaló que Smithfield Foods –empresa global con 13 mil millones de dólares de ventas anuales y la líder mundial en producción y procesamiento de cerdos– tiene el compromiso en Estados Unidos de realizar hacia el 2017 una transición completa en sus granjas para pasar de jaulas de confinamiento a “alojamientos grupales” de las cerdas reproductoras. A finales de 2012 llegó a un avance de 40 por ciento. El compromiso inicial no implicaba sus instalaciones en países ajenos a EU, pero en enero pasado la empresa anunció que GCM y Norson realizarán esta transición en México de aquí al 2022.

Esto es algo que aplaude Moncada, pues HSI generó en línea, en su página web, en agosto de 2012, una petición a Smithfield para que asumiera compromisos en México similares a los tomados en EU, petición que fue firmada por nueve mil mexicanos.

Los sistemas de confinamiento intensivo, comentó Moncada, se explican porque ahorran espacio a las empresas (hasta 75 por ciento en el caso de las cerdas), además tienen un mejor control de la cantidad de alimento que consumen y utilizan menos mano de obra, no requieren vigilancia individualizada de los animales. Todo esto repercute en mayor producción y ganancias.

Pero este sistema es insustentable, y no tiene futuro. Modificar las cosas a favor del bienestar animal debe implicar también reducir el consumo de carne, aun cuando éste es concebido como una cuestión de estatus y de progreso. Ya varios países, estados y ciudades en el mundo, incluido Brasil, así como sistemas educativos y hospitalarios, están fomentando campañas de “un día sin carne” a la semana, bajo un concepto que considera la salud humana (pues el exceso de alimentos de procedencia animal se traduce en obesidad, diabetes, enfermedades coronarias, cáncer y más); el medio ambiente (considerando entre otras coas que la ganadería es la principal contribuyente de gases de invernadero, con 18 por ciento del total), y por supuesto el bienestar animal.

“Nosotros (HSI) no intentamos convertir en vegetarianos al mundo entero, queremos crear un sistema pecuario, donde se respete el bienestar animal, se respete las comunidades rurales y el medio ambiente, y en esto coincidimos con otras agrupaciones orientadas al bienestar rural, la ecología, la salud y la alimentación sana”.


FOTO: Lourdes Rudiño

Ayuno y movilización contra el maíz transgénico

Campesinos de 22 estados de la República participaron en las jornadas de ayuno que realizaron entre el 23 y 31 de enero la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) y Vía Campesina ante el Ángel de la Independencia, en la avenida Reforma. Esta expresión –que llamó la atención social para difundir los peligros que representaría la siembra comercial de maíz transgénico en el país– concluyó con una marcha desde el Ángel hasta el Zócalo, donde participaron unas cuatro mil personas, según cálculos de los organizadores.

“Vivan las semillas campesinos”; “Si Zapata viviera, al maíz defendiera”, “No al maíz transgénico, fuera Monsanto”, fueron algunas de las consignas en las mantas de los marchistas, quienes implicaron también a miembros de la Central Campesina Cardenista (CCC), la Red en Defensa del Maíz, el Movimiento Urbano Popular, #YoSoy132 Ambiental, Jóvenes ante la Emergencia Nacional y Greenpeace.

La movilización, las más grande hasta ahora en México en contra de los transgénicos, ocurrió porque están en proceso, en manos del gobierno federal (pendientes de la decisión de las secretarías de Agricultura y de Medio Ambiente) solicitudes de las empresas Monsanto y Pionner para establecer siembras comerciales de maíz modificado genéticamente en Sinaloa y Tamaulipas, lo cual, afirmó la UNORCA, representa “inmensos peligros para la salud humana, la biodiversidad, la cultura y la soberanía del país”. Monsanto busca el permiso para 700 mil hectáreas en Sinaloa y Pionner para 351 mil 284 hectáreas en Tamaulipas.

Durante el gobierno de Felipe Calderón, ambas secretarías autorizaron siembras experimentales y piloto de maíz genéticamente modificado en ambas entidades. Estas siembras fueron a cielo abierto, no obstante la demanda de organizaciones campesinas y ambientalistas de aplicar el principio precautorio y no obstante las advertencias de los riesgos de contaminación genética en el territorio mexicano, el cual es centro de origen y diversidad del maíz, grano fundamental para la alimentación mexicana y del orbe.

opiniones, comentarios y dudas a
[email protected]