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La Declaración de Santiago reafirma la importancia de tener una voz regional

Raúl Castro asume la presidencia pro tempore de la Celac por un año

Concluye cónclave en la capital chilena con diferendo entre el anfitrión Piñera y Evo Morales

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Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Chile, Sebastián Piñera (al centro) durante la ceremonia de clausura, ayer, de la cumbre de la Celac que se llevó a cabo en Santiago de ChileFoto Xinhua
Corresponsal y agencias
Periódico La Jornada
Martes 29 de enero de 2013, p. 26

Santiago de Chile, 28 de enero. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) se declaró hoy un hito en la historia regional al agrupar en forma permanente a 33 países y se definió como una voz regional fuerte e influyente que permita reflejar el creciente peso de las economías emergentes en el desarrollo y la economía mundial.

En su única sesión plenaria, celebrada la mañana de este lunes en un centro de convenciones del centro de la capital chilena, el presidente cubano Raúl Castro asumió la presidencia pro tempore para los próximos 12 meses, en un hecho que volvió a colocar a Cuba en el primer plano de la diplomacia regional, del que fue marginada en 1962, cuando casi todos los países latinoamericanos y caribeños –salvo México– respaldaron la propuesta estadunidense de expulsar a La Habana por su decisión de implantar el socialismo.

No se preocupen, que yo sólo voy a estar un año, bromeó Castro al recibir del mandatario chileno, Sebastián Piñera, la presidencia de una organización que integra a todos los países de América, excepto Estados Unidos y Canadá.

Cuba no es miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) ni participa en la Cumbre de las Américas, que se realiza periódicamente, por una iniciativa estadunidense de la década de los 90, con el apoyo de la OEA.

La toma de posesión de la presidencia pro tempore de la Celac coincidió con el 160 aniversario del nacimiento de José Martí, precursor de la independencia cubana a finales del siglo XIX.

La Celac es un espacio diverso, pero común, que permite a la región avanzar hacia su independencia y hacia el control de sus recursos, que sin nuestra unidad no sería posible, agregó Castro.

Sabemos que entre nosotros hay pensamientos distintos e incluso diferencias, pero la Celac ha surgido sobre el acervo de 200 años de lucha por la independencia y se basa en una profunda comunidad de objetivos, había afirmado más temprano el presidente cubano en su presentación ante la plenaria, en la que hizo referencias a su hermano Fidel como el jefe de la revolución de su país.

El gobernante cubano también destacó las acciones de su gobierno para combatir el consumo y tráfico de mariguana y cocaína.

Este tipo de problemas hay que enfrentarlos cuando son pequeños o nonatos. Esta batalla tiene que ser a sangre y fuego, enfatizó.

El problema fundamental es que donde reciben la droga (en alusión a Estados Unidos) nunca he leído en la prensa de una gran operación contra los traficantes, pero sí películas de bandas de traficantes.

Recordó que en 2008 habló profundamente del tema del tráfico de drogas con el entonces presidente mexicano Felipe Calderón y seguimos preocupados porque ese problema avanza como una marea terrible hacia el sur.

Habló del recurso legal de la pena de muerte y dijo que esa sanción debe ser parte de una guerra a sangre y fuego contra el narcotráfico, y destacó que en Cuba ese problema es inexistente.

Castro, quien el domingo visitó en Santiago el palacio de La Moneda para conocer el sitio donde murió el entonces presidente Salvador Allende, comenzó su alocución con una referencia al insigne patriota, víctima de un golpe de Estado en 1973, perpetrado por militares que tuvieron el apoyo de Estados Unidos.

Durante la jornada, Piñera y su par de Bolivia, Evo Morales, protagonizaron una polémica en torno al reclamo boliviano de recuperar una salida al mar, que perdió en 1879 durante la Guerra del Pacífico, en la que Perú, con el apoyo de Bolivia, se enfrentó a Chile, que logró la victoria militar y años después impuso un tratado.

Morales denunció que Chile no cumple los acuerdos establecidos en el tratado de 1904, con el que Bolivia perdió 120 kilómetros de costa, el cual reconoce en su artículo sexto el tránsito comercial de mercancías bolivianas por su territorio y puertos pacíficos.

El presidente de Bolivia destacó además que Chile también ha impedido a su país el tránsito de maquinaria después de la nacionalización de la industria minera en 1953 y, 20 años antes, prohibió el paso de armas por su territorio, con lo cual mermó la capacidad de defensa de los bolivianos en la guerra del Chaco, frente a Paraguay.

Piñera respondió de inmediato con un argumento que antes han señalado otros gobernantes y altos funcionarios chilenos: que Santiago está dispuesto a dialogar, pero sobre la base del tratado de 1904.

En vez de cena, una cascarita

Chile y Bolivia no tienen relaciones diplomáticas formales desde 1978, debido a las dificultades que han enfrentado para tratar de resolver los problemas derivados de la guerra del siglo XIX.

Morales no asistió a la cena ofrecida el domingo por la noche a los jefes de Estado y de gobierno, en lo que fue interpretado como un desaire. En lugar de acudir al acto, se fue a jugar futbol. Se enfrentaron dos escuadras, una formada por bolivianos residentes en Santiago, y otra llamada Mapuchea, en alusión al nombre de la principal etnia indígena de Chile.

Al finalizar la sesión plenaria, comenzó a circular la Declaración de Santiago, en la que la controversia bilteral no fue mencionada ni siquiera en los comunicados especiales, que ratificaron la condena al bloqueo económico estadunidense a Cuba y respaldaron a Argentina en su diferendo con Gran Bretaña por la posesión de las islas Malvinas.

Hito en la historia de AL y el Caribe

Los gobernantes destacaron en la declaración final que la puesta en funcionamiento de la Celac constituye un hito en la historia de América Latina y el Caribe, al agrupar en forma permanente a los 33 países de la región en un mecanismo de diálogo y concertación que se va conformando como un foro y actor político, para avanzar en el proceso de integración política, económica, social y cultura, logrando el necesario equilibrio entre la unidad y la diversidad.

Reafirmaron la importancia de tener una voz regional fuerte e influyente que permita reflejar el creciente peso de las economías emergentes en el desarrollo y la economía mundial, asegurando una representación equitativa de todos los países miembros en las instituciones financieras internacionales, agregaron los mandatarios en la Declaración de Santiago.

Asimismo, en el documento los jefes de Estado y de gobierno alertaron sobre las decisiones de Estados Unidos y Europa –sin mencionarlos directamente– para resolver la crisis económica que padecen desde 2008.

Si bien son bienvenidas las medidas que permiten estimular las economías desarrolladas, expresamos nuestra preocupación por la expansión monetaria en estos países y sus efectos sobre la región, agregaron.