La esencia de 2012 (rock anglo II)
oy, la segunda parte de los discos de rock que dieron identidad a 2012. Gracias a internet y a que las nuevas generaciones oyen música de todas las épocas en un solo plano, ya no sólo se retomó al blues y a la psicodelia, sino al kraut y hasta el grunge. Entre otras evocaciones, viene cada vez más el revival de los 90.
13. Jack White. Blunderbuss. Primer solista de este prolífico músico de Detroit, tras The White Stripes, The Raconteurs y The Dead Weather. Ironía negra sobre su blues amado; menos guitarras, más teclados (piano, hammonds, rhodes), violines. Belleza y madurez creativa. Su álbum más personal (reseña completa: http://bit.ly/JFJjiz).
14. TOY. Toy. Londinenses cercanos a The Horrors (recuerda mucho a su Skying, 2011), reúnen diferentes tiempos y moods en un solo lugar: shoegaze, kraut, psicodelia, y hacen de ellos una rotunda delicia expansiva y atmosférica.
15. Thee Oh Sees. Putrifiers II. Con 15 años de vida, estos de San Francisco abrevan de la tradición experimental local, los coros jipis, el ye-yé, el motorik, el fuzz-pop y el synth-noise. En su doceavo disco, sobresalen con una maravilla espacial que corona su trayectoria.
16. Godspeed You! Black Emperor. ‘Allelujah! Dónt bend ascend. Con cuatro tracks (dos, de 20 minutos), esta veterana e influyente banda instrumental de Montreal, va de la calma vaporosa al desacato: ambientes pesados, hipnóticos, de ascendencia celta; cuerdas, distorsión, percusión siniestra. Todo un viaje oscuro y refulgente.
17. Ty Segall Band. Slaughterhouse // Metz. Metz. Empate ruidoso con estos dos debuts. 1. Motosierra de acidez garage-punk-grunge, la de este californiano: rocanrol directo, lo-fi, descarapelado y sudoroso para azotar paredes. 2. De Toronto, este trío noise-punk-hardcore-grunge que recuerda al Bleach (1989) de Nirvana; locura, estridencia y explosivas vísceras guturales.
18. Deerhoof. Breakup song. Otra mágica banda de San Francisco que no para, en treceavo disco. Su afamado pop-gresivo sigue siendo un colorido caos controlado; sonidos rocantrónicos en apariencia inofensivos, locura pop-kitsch que voltea los tiempos y ríe más que otras veces. Todo un caramelo sónico.
19. Patti Smith. Banga. ¿Cómo cuestionar su pasión, poesía y sinceridad? ¿Qué otra mujer de 66 años, con ese talante, sigue roqueando con tal credibilidad? Tras ocho años de no grabar, con canciones-homenaje a personajes históricos y a Amy Winehouse, conserva su estilo y voz, con una profundidad que sigue calando.
20. Neil Young & Crazy Horse. Psychedelic Pill. Segundo disco del reencuentro de este viejo zorro con su banda de marras, tras diez años de no editar disco juntos. Nostalgia lírica por torrentes y cálidos jams de ocho, 16 o 27 minutos, rezuman la esencia country-blues sin edad de este maestro, con lo mejor que sabe hacer.
También: de Londres, Django Django con disco homónimo: hipster, coral y animoso rock bailable. De Brooklyn, el estupendo indie acústico experimental coral de Dirty Projectors y su Swing Lo Magellan. De Baltimore, la locura creativa, aquí menos atosigante, más suave, de Animal Collective y su Centipede Hz. De Georgia, todo el poder del soul clásico en la gloriosa voz de Brittany Howard: Alabama Shakes y su Boys & Girls. The XX, de Londres, con Coexist, superó su debut y confirmó que su melancólico estilo minimal-atmosférico superó la moda y devino icono de su generación. Spiritualized, extensión del veterano inglés Jason Pierce, sigue brillando en Sweet heart, sweet light, con su gospel feliz y sus mantras melódico-sinfónicas. De Cleveland, el retro-grunge fresi-melódico pero agraciado de Cloud Nothings y su Attack on Memory. El texano Gary Clark Jr, virtuoso del blues eléctrico, derriba el polvo con su Blak and Blu. Con sólo 18 años, a voz y guitarra, el inglés Jake Bugg y su disco homónimo, hereda con gran expresión y talento, sesenteros folk-blues, rockabilly y merseybeat.
Grasiento hardcore-punk de vieja escuela, el de los tumba-tímpanos OFF!, con disco homónimo. El espléndido synth-prog-rock de cámara de Field Music, con Plumb. Las atmósferas denso-etéreas de Mount Eerie y sus discos paralelos Clear Moon y Ocean Roar. Melancolía y sinceridad, fuertes aliadas de Cat Power en Sun: mucho piano, suave electrónica. El indie-pop tranqui-bonito de Beach House con Bloom. El trip-hop-pop de Alt-J con An awsome way. Esperanza y alto espíritu con Wrecking Ball de Bruce Springsteen. La veterana soulera Bettye la Vette interpreta deliciosa a Bob Dylan, Black Keys, Neil Young, Tom Waits, entre otros, en Thankful n’ thoughtful. Atinado neo-new-wave-rocantrónico con A thing called Divine Fits, de Divine Fits (selección de Metal y conciertos de la semana: www.patipenaloza.blogspot.com).
Twitter: patipenaloza