Chicago, 14 de enero. El sacerdote José S. Landaverde, de la Iglesia católica anglicana en Chicago, considera que los mexicanos indocumentados podrían reaccionar violentamente contra la exclusión que en su contra aplica el sistema estadunidense y desatar un levantamiento más extenso y enérgico que los encabezados en los años sesenta por las Panteras Negras y Malcolm X.

El cura de la iglesia Misión de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en el barrio mexicano La Villita, analiza escenarios inmediatos: “Para 2013 vamos a retroceder en cuestiones migratorias; más fregada está la cosa: tenemos más desamparados, más grupos de odio, toda una población siendo esclavizada que no tiene documentos, políticos utilizando el discurso manipulador y no tenemos respuesta; lo único que hay es que se han dado cuenta, tanto demócratas como republicanos, de que ya los hispanos tienen mayor número de ciudadanos y eso va en contra o en favor de sus intereses. Ese es el único progreso que tenemos”.

Por ello considera que “para 2017 habrá condiciones muy fuertes (para una insurrección armada), porque estaremos hablando de esos niños de cinco, 10 y 12 años a quienes el gobierno ha separado de sus familias, o que sus padres han muerto en el desierto de Arizona, que son perseguidos por la migra en sus casas, que temen no poder rencontrarse con sus madres cuando salen a trabajar en la mañana.

Es un daño y terror sicológico irreversible; son niños que crecen con odio y rencor para pelear contra el sistema que los excluye. Esta marginación, esta que vives tú y yo ahorita mismo, es la que creará rebeldía si el gobierno no les da opciones.

Convencido de que esa eventual rebelión tendría naturalmente como epicentro Chicago, la tercera ciudad de Estados Unidos, donde 79 por ciento de los hispanos son de origen mexicano, el sacerdote Landaverde comparó: “El movimiento de los 132 está ideologizado, tiene una conciencia reflexiva, madura, revolucionaria. Es imposible compararlos con los jóvenes dreamers (migrantes indocumentados en Estados Unidos), que son pragmáticos y no les interesa ni conocen mucho de política. Pueden ser de cualquier partido o ideología, si es que la tienen, y se van a ir con quienes les den papeles”.

Vaticina que los jóvenes maltratados en Estados Unidos, esos depósitos de sufrimiento, exigirán y pelearán por sus derechos civiles de alguna forma, ya sea construyendo movimientos lícitos y pacíficos de una izquierda con tinte latinoamericano o como guerrilleros que son llevados a una circunstancias donde tomar un fusil y enfrentar al sistema es una alternativa, es una forma de generar voz y crear mejores condiciones de vida.

Este supuesto levantamiento sería mucho más extenso, enérgico y probablemente violento del que se vivió en ciudades de California, Illinois o Nueva York, pues es una población “más grande… será mucho más fuerte”. Esta lucha no será como la de Malcolm X o la pacífica retórica de Martin Luther King; “el peligro que va a enfrentar viene de otro lado, de la opción generada por los jóvenes de Sudamérica y de parte de México… es un huracán y la punta son los jóvenes que migraron aquí”.

Landaverde explica que pese a que su origen es de una de las fracciones más conservadoras de la iglesia de Inglaterra, su activismo cuenta con gran apoyo de sus superiores y de la comunidad religiosa en el estado de Illinois. A los nueve años, recuerda, sus padres guerrilleros fueron asesinados por el ejército salvadoreño y eso lo encaminó a formar parte de la guerrilla de ese país. Luego llegó como refugiado a suelo estadunidense, donde dice haber sido detenido en 21 ocasiones y realizado cinco huelgas de hambre en defensa de derechos y denuncia de injusticias. A pesar de todo, llama a los mexicanos a no perder la fe, aun cuando muchos de los caminantes no llegarán a la tierra prometida (por culpa del fariseo Barack Obama) y por encima del holocausto que se vive en Estados Unidos de Indocumentados, donde se permite que menosprecien, asesinen y aterroricen a migrantes en la frontera.