l pasado bluesero, así como el sicodélico; las acuarelas sónicas excitantes y atmosféricas volvieron a ganar peso en 2012, así como la profundidad de los corazones sinceros y desolados, cual espejo y a la vez escape de los tiempos que corren. Hoy, la primera parte de los sonidos que sobresalieron y/o mejor representaron al año pasado.

1. Scott Walker. Bisch Bosh. Deslumbrante pieza la de este hombre-leyenda estadunidense-británico, que cruza los límites de la música contemporánea con el rock y la orquestación, para plasmar horror, desconcierto y apocalipsis, de forma valerosa, desquiciada, sin dejar de ser gozoso. Nadie de su estirpe está haciendo algo tan extremo, con una voz tan profunda y propia (reseña completa: http://bit.ly/VIbVwD ).

2. Dr. John. Locked down. Altísimo groove, blues rústico, instrumentación fantasmal, carnavalesca, y mucho soul rugoso aunque elegante, el de este viejo zorro de Nueva Orleáns, que aquí suena contemporáneo gracias a la producción de Dan Auerbach (Black Keys). Como si hoy día Captain Beefheart y Tom Waits se fusionaran. Chulada. http://bit.ly/13t5Evg

3. Fiona Apple. The idler Wheel is wiser than the driver of the screw and whipping cords will serve you more than ropes will ever do. Confusión, angustia y mucha luz irradia esta azotada neoyorquina, con un disco brillante. Jazz-souleo, voz cálida, piano magro, percusiones cáusticas, estructuras intrincadas; teatralidad, coraje, delicadeza, mas nunca cursilería. Gema absoluta. http://bit.ly/MUV2kF

4. Tame Impala. Lonerism. La soledad toma rumbos cósmicos en el segundo disco de esta banda australiana. Resplandor sicodélico, superposición de épocas en un solo caleidoscopio: flower power de los 60 sobre teclados progresivos de los 70 y procesos digitales actuales, con producción del mago atmosférico Dave Fridman. Prodigio alucinante. http://bit.ly/RQinpe

5. Pond. Beard Wives Denim. Parecería trampa incluir a esta banda, pues dos de sus miembros están en Tame Impala. Sin embargo, se sostiene por sí misma (se trata de los músicos segundos, Nick Allbrook y Jay Watson): en línea similar sicomágica, hay agregados de garaje, funk, glam y shoegaze, con más pasajes instrumentales que vocales. Con talante propio, resultan harto esplendentes.

6. Grizzly Bear. Shields. En días en que hallar un estilo propio ya es inusual, en quinto disco este combo de Brooklyn lo logra con gran belleza: paisajes sonoros, texturas y ambientes cálidos, melancólicos, boreales. Fragilidad acústica en contrastante intensidad armónica y tímbrica, tiemblan en oídos y corazón. Discazo. http://bit.ly/WuJwwW .

7. Goat. World Music. Misteriosa banda sueca que mezcla la iconografía vudú con ritmos mil. Mas no suena a lo que se entiende por world music, sino a repeticiones mántricas del rock tipo kraut sobre ritmos funk; guitarrazos y ambientes progresivos, destellos folk sobre teclados y coros Woodstockianos. Original y divertida maravilla.

8. Swans. The Seer. Espléndido segundo álbum tras su renacimiento en 2010 (se desbandaron en 1996, tras 15 años). Banda del movimiento neoyorquino No Wave, con Michael Gira al frente, aterriza al espacio y al misterio con un noise ambient salpicado de metal, experimentación y ruidos imprevistos (con Karen O en un track). Abundante, oscuro, épico.

9. Bobby Womack. The bravest man in the universe. Producido y revivido por Damon Albarn (lo hizo participar en Plastic Beach de Gorillaz, 2010), esta leyenda del soul de los 60 emerge tras 13 años de no grabar, con un sonido contemporáneo de electrónica suave, vía Richard Russell, otro emblema del beat. Sin nostalgia, su gran voz abraza el poder de la vida, con sus glorias y miserias.

10. Bob Dylan. Tempest. Apto para enganchados con la melancolía errante, este histórico cantautor estadunidense sigue en lo alto de su cresta creativa reciente, fiel a su raíz sonora: blues, country, folk. Oscuro y sucio pero refinado, dulce aunque maldito, celebra la vida a través del deseo y el pecado. El maestro sigue latiendo. http://bit.ly/U0NY7K

11. Leonard Cohen. Old ideas. Viejas ideas, ironiza el poeta de Montreal. Deseo, lucha, amor, sufrimiento, lujuria, muerte: temas e ideas que no caducan, pues exploran la fragilidad humana. Discreto en instrumentación, a punta de country-blues y soul delicado, rezuma su añejo estilo propio, para con gran beldad, lejos de cansar, seguir inspirando.

12. David Byrne & St Vincent. Love this giant. La conjunción de este músico de culto con el encanto de la reciente cantautora y guitarrista Annie Clark sorprendió por inesperado: prácticamente puros metales, cercanos al ensamble de vanguardia, con toques afroantillanos y algo de electrónica. Con cantos animosos, el espíritu lúdico de ambos destila riesgo y alegría. http://bit.ly/W4dbve

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