Serían de cultura anterior a la agricultura, señalan expertos
Jueves 27 de diciembre de 2012, p. 4
Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron en Sinaloa, muy cerca de Las Labradas, un sitio arqueológico de la época arcaica cuya antigüedad es de aproximadamente 4 mil años.
En el asentamiento llamado La Flor del Océano –enclavado a 150 kilómetros al norte de Mazatlán, Sinaloa–, el cual data de entre los años 2500-1000 aC, fueron halladas 60 puntas de proyectil y otros artefactos de piedra.
El hallazgo fue realizado cerca de la playa donde se encuentra el conjunto de rocas con más de 600 petrograbados conocido como Las Labradas.
Los especialistas refieren que este lugar podría ser el sitio con presencia humana más antiguo localizado en la entidad, lo cual modificará la cronología de ocupación en el noroccidente del país.
El arqueólogo Joel Santos Ramírez dijo que los vestigios en dicho sitio son anteriores al inicio de la agricultura y al uso de la cerámica en diversas regiones del continente americano, además de que forman parte de una tecnología rudimentaria que se ha registrado en el suroeste de Estados Unidos y en sitios tempranos de Mesoamérica, como Tehuacán, en Puebla y en el desierto de Sonora, en Durango y en Coahuila.
Santos Ramírez, director del proyecto de investigación Las Labradas, indicó que como parte de la investigación, emprendida en 2009 para determinar dónde vivió la gente que realizó los petrograbados, a la fecha han registrado 22 lugares cercanos al conjunto rocoso con evidencias de presencia humana, de los cuales entre 2010 y 2012 se estudiaron cuatro: La Flor del Océano, La Puntilla, Lomas del Mar y Arroyo La Lomita.
La Flor del Océano –ubicada en lo que fue la desembocadura del arroyo Chicayota– es donde se encontraron las 60 puntas de proyectil (20 completas y 40 fragmentadas), que representan las evidencias más antiguas de presencia humana en la región.
Joel Santos explicó que además de las puntas de proyectil se encontraron gran cantidad de artefactos líticos, como cuchillos, fragmentos de herramientas, así como núcleos, raspadores y percutores, lascas y otros desechos de talla.
De acuerdo con la distribución en que fueron hallados los materiales, los arqueólogos infieren la existencia de campamentos temporales y posiblemente un taller de manufactura lítica, donde los hombres antiguos elaboraban las puntas de proyectil
.
Además de los vestigios del arcaico medio, Santos Ramírez y su equipo descubrieron en La Flor del Océano vestigios prehispánicos de la época Aztatlán (750-1250 dC), consistentes en restos de objetos de cerámica y un entierro múltiple de cinco individuos: dos adultos masculinos, dos jóvenes (una mujer y un hombre) y un infante, al parecer femenino.
Todos, a excepción del menor, agregó, tienen mutilación dentaria en forma de V
y dos de ellos deformación craneal, prácticas culturales que fueron comunes entre los pueblos prehispánicos de Sinaloa.
En el entierro no se encontraron ofrendas asociadas, pero, por la ubicación donde estaba, en una parte del suelo ligeramente elevada, se infiere que tuvo una importancia cultural significativa.
Los cinco individuos fueron enterrados en un solo espacio de 2 por 3 metros, distinto a las costumbres comunes de la región que consisten en colocar al fallecido de manera individual y dentro de ollas.
