La historia de México está plagada de material para la novela policiaca, y la sociedad se ha dedicado a “construir enigmas, porque la versión oficial no se corresponde con la realidad, dijo el escritor Paco Ignacio Taibo II la tarde del sábado durante una mesa de la Feria Alternativa del Libro en Coyoacán, que se desarrolló hasta este domingo en el centro de dicha demarcación.

Durante la tertulia La novela policiaca en México, en la que también participaron los escritores Eduardo Antonio Parra y Eduardo Monteverde, Taibo II agregó que se trata de un género que en México goza de muy buena salud.

El escritor expresó que mientras no cambiemos al país, contémoslo, dio elementos de esa buena salud: tiene muchos lectores, crea interés y provoca un intenso debate, pues al mismo tiempo hay una parte de la sociedad intelectual que la ningunea y le hace fuchi, pese a que, por ejemplo, Dostoievsky abordó ese género, calificado como subgénero.

Sin embargo, también apuntó: Ese conflicto ha sido poco a poco rebasado y desechado conforme la novela policiaca ganaba la batalla en el lugar que hay que ganarla: con los lectores. Entonces, trajo a cuento una pregunta más útil: ¿Por qué escribimos y leemos novela policiaca en México? Y cedió la palabra a Parra.

El narrador planteó que la novela policiaca, negra o criminal en México es la novela realista por excelencia, pues desde unos 15 o 20 años la única manera de más o menos tratar de entender lo que ocurre en este país es a través de ese género.

Parra agregó que, en este caso, la novela negra no es un subgénero de la realista. En México la novela negra es la realista, de ahí viene la policiaca, de ahí viene la criminal. La novela negra siempre va a mostrarnos, además, una crítica política y social, característica de la novela realista.

Monteverde coincidió con Taibo II en afirmar que la novela policiaca ganó la batalla y dejó de tener una connotación peyorativa, además de contar con diversas vertientes, como la policiaca y la militante. Puso como ejemplo la que escribió Taibo II con el subcomandante Marcos a cuatro manos: Muertos incómodos.

Ubicó la novela policiaca como un subgénero muy honroso, como lo era la novela caballeresca; mencionó el ejemplo de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Monteverde destacó como elementos de lo policiaco la existencia de una investigación, un cadáver y la violencia, no sólo de un conflicto.

Después de esa mesa, el escritor Francisco Pérez Arce presentó su nueva novela Xalostoc, en la que aborda, entre otros, el tema del movimiento obrero y con la cual completa la trilogía Fin de siglo, cuyas dos obras anteriores son Hotel Balmori y Septiembre.

Xalostoc, compartió Pérez Arce, es una novela que se desarrolla en dos tiempos: una huelga obrera en 1975 y, por otro lado, una situación en 1992, cuando comienza la historia: un hombre en un bar que espera a su pareja, la cual no llega, pero en cambio entabla una relación con una extranjera que busca a un músico, a quien luego asesinan, y que le da a guardar una extraña libreta.