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México SA

EPN: ni un paso atrás

El manual inamovible

A la guerra 160 mil millones de pesos

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El pasado 7 de diciembre el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, entregó a la Cámara de Diputados el Paquete Económico 2013Foto María Luisa Severiano
E

n política económica, ni un paso atrás. A pesar de los tétricos resultados reportados en 30 años (entre ellos crecimiento raquítico, aumento de la pobreza, avance sostenido de la informalidad, salarios de hambre y galopante precarización del empleo), la nueva administración gubernamental insiste en mantener inalterada la ruta trazada en el manual neoliberal, de tal suerte que, sin mayores sorpresas, México permanecerá tal cual está en espera de que algún acto de magia mejore la perspectiva.

Nada nuevo bajo el sol, porque para despejar dudas –si las hubiera– el paquete económico 2013 –oficialmente presentado al Congreso el pasado viernes– confirma que el gobierno peñanietista no moverá un dedo para dar un giro, así sea mínimo, a la ruta del navío de gran calado (Felipe Calderón dixit), que hace agua por doquier. Así lo establecen la iniciativa de ley de ingresos, el proyecto de presupuesto de egresos y los criterios de política económica, todos ellos para 2013.

Si no se altera la política económica, si permanecen intocados los intereses de los poderes fácticos si, en fin, todo permanece igual que en los últimos 30 años, entonces ¿cómo piensa beneficiar a lo que es más importante, el bolsillo de las familias mexicanas? (Luis Videgaray dixit), según promesa del gobierno entrante, la cual, dicho sea de paso, es exactamente la misma que sistemáticamente hicieron pública las cinco administraciones anteriores (de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón), y que, obvio es, incumplieron abierta y descaradamente. ¿Cómo, pues?

En su toma de posesión Enrique Peña Nieto advirtió que somos una nación que crece en dos velocidades. Hay un México de progreso y desarrollo, pero hay otro, también, que vive en el atraso y la pobreza. México, México es un país joven y de jóvenes, quienes muchas veces ven frustradas sus aspiraciones por no tener medios para prepararse, por tener, o por no tener una educación de calidad. Hay un gran número de mexicanos que viven al día, preocupados por la falta de empleo y oportunidades, porque el país no ha crecido lo suficiente. Estas condiciones, que nos agravian y nos duelen, también han dañado la imagen de México en el exterior. Éste es el México que hay que transformar. Hoy los mexicanos queremos un cambio. Queremos elevar la calidad de vida de las familias mexicanas. Este anhelo está presente a lo largo y ancho de nuestro territorio.

Pues bien, el inquilino de Los Pinos desaprovechó su primera oportunidad para comenzar la transformación por él ofrecida. Su primer paquete económico sólo ofrece más de lo mismo, es decir, un concepto y una práctica económica que ha concretado exactamente lo contrario de lo que se queja Peña Nieto: “una nación que crece en dos velocidades… un México de progreso y desarrollo… otro que vive en el atraso y la pobreza”, muchísimo mayor el segundo que el primero, sin duda alguna. Pero insiste por la ruta fallida.

Poco menos de 4 billones de pesos espera captar y gastar el gobierno peñanietista a lo largo de 2013. Los ingresos provendrán de los mismos renglones y actividades, manteniendo intocados a los sectores con enormes privilegios fiscales (entre ellos, de forma destacada, los barones de la minería y sus mágicas concesiones de 56 millones de hectáreas de territorio nacional), y los egresos se destinarán a lo mismo. Casi la mitad del presupuesto de egresos se canalizará al pago de nómina burocrática, servicio de la deuda (interna y externa) y al aparato de seguridad nacional (con el dinero propuesto para 2013, en los últimos siete años los mexicanos habrán erogado alrededor de un billón de pesos para tal fin sin resultados mayores, salvo el número creciente de muertos). Una tercera parte del gasto se canalizará a los estados de la República, vía aportaciones y participaciones federales, y colorín colorado el presupuesto se habrá agotado.

Sólo el inquilino de Los Pinos y el enorme aparato operativo con el que cuenta consumirá 2 mil 104 millones de pesos. La rebanada para la Secretaría de la Defensa Nacional equivale a casi 61 mil millones de pesos, que se suman a los 22 mil millones de la Marina, los 16 mil de la Procuraduría General de la República, los 41 mil de Seguridad Pública y los 21 mil de Gobernación. Diputados y senadores engullirán 12 mil millones de pesos; el Poder Judicial, 47 mil millones; el IFE, 11 mil millones; el Inegi, 5 mil 500 millones, y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos apenas mil 375 millones.

Como ya es tradición, en 2013 se gastará más en el servicio de la deuda (interna y externa) que en educación pública (350 mil contra 251 mil millones de pesos), y el fomento económico (por medio de la Secretaría de Economía) resultará tres veces inferior a los dineros canalizados a la Secretaría de la Defensa Nacional. Para promover la generación de empleo formal en el país (a través de la Secretaría del Trabajo) se consumirán diez tantos menos que el presupuesto destinado a la Secretaría de Marina

Por el lado de los ingresos presupuestarios, el gobierno estima obtener un total de 3 billones 931 mil 289.5 millones de pesos. De este total, 2 billones 477 mil 22.5 corresponderán a ingresos del gobierno federal; un billón 98 mil 977.4 por ingresos de organismos y empresas, y 355 mil 289.6 por ingresos derivados de financiamientos. Congruente con estos ingresos, se calcula que la recaudación federal participable se ubicará en 2 billones 117 mil 290.7 millones, indica la respectiva iniciativa de ley.

Se esperaba la reducción (de 30 a 29 por ciento) de la tasa del impuesto sobre la renta, dado que su incremento fue temporal debido a la crisis de 2008-2009. Tal baja sería un alivio para empresas y personas físicas, pero tratándose de decisiones del Congreso mexicano la temporalidad suele ser perpetua (recuérdese 1995, cuando los diputados aumentaron temporalmente de 10 a 15 por ciento en la tasa del IVA; esa temporalidad se prolongó 15 años, y sólo se alteró para incrementarla de 15 a 16 por ciento, también “temporalmente).

Así, la Secretaría de Hacienda propone al Congreso que en materia del ISR para las personas físicas se aplique la tarifa vigente al 31 de diciembre de 2012, manteniendo la tasa marginal máxima en 30 por ciento. En este sentido, es claro que todavía existen riesgos importantes en el entorno económico internacional, por lo que se considera conveniente que se prolonguen las medidas adoptadas (en 2009).

Las rebanadas del pastel

Si alguien duda de la austeridad del nuevo gobierno, Peña Nieto ya puso el ejemplo: el salario presidencial se reducirá 4 mil pesotes al mes.