A Conlon Nancarrow (1912-1997) le queda un largo y muy promisorio futuro en la historia mundial de la música, según el investigador Esteban King, responsable de organizar el homenaje que el Museo Universitario del Chopo rinde este sábado al innovador compositor con motivo de su centenario.

Su obra comenzó a sonar y tener seguimiento en Estados Unidos y Europa desde hace mucho tiempo. Pero en México apenas empezamos a descubrirlo y valorarlo; sigue sin ser reconocido, aunque vivió aquí desde 1940 y en 1955 adquirió la nacionalidad mexicana, destaca el músico e historiador de arte.

Sólo en sectores muy pequeños o círculos muy especializados se habla de él, cuando se trata de un artista revolucionario, un músico sin parangón; por eso es importante rescatarlo.

El de Nancarrow, de acuerdo con el especialista, es un quehacer que logra calar de manera muy fácil y natural en el ánimo y gusto de los escuchas, sobre todo en los jóvenes.

Se trata de “una obra de profunda complejidad conceptual –define Esteban King–, aunque, al escucharla, posee también mucho de emocional. Es una música que impacta y emociona. No hay quien no quede impresionado al oírla por primera vez”.

Artista de frontera

En esa visión coincide el director del Museo del Chopo, José Luis Paredes Pacho, quien equipara a Nancarrow con John Cage y Karlheinz Stockhausen, ambos más o menos contemporáneos del autor mexicano de origen estadunidense, que son de las figuras más importantes e influyentes de la música del siglo XX.

Los tres son autores determinantes de la centuria pasada, muy parecidos en el sentido del público diverso que los escucha y los sigue. No sólo han influido en el ámbito de la música contemporánea, sino también en la de pista de baile electrónica y la electroacústica con una carga más pop, agrega el promotor cultural.

Más allá de su valor para los grandes estudiosos, para la gente que no los conoce, la inmediatez de su sonido tiene esa soltura de la música pop, que no es hermética para el oído no entrenado. Eso es algo que atrae por sí mismo, que es profundo y a la vez inmediata su manera de impactar en el oído.

De acuerdo con Paredes Pacho, es extraño que un artista de las dimensiones de Conlon Nancarrow resulte extravagante para el ámbito de la música de concierto.

En otro terreno, la figura y la obra de este compositor encajan de manera perfecta con la vocación y el perfil que dieron vida al Museo Universitario del Chopo, en 1975, indica el funcionario, para cuya gestión, comenzada el mayo pasado, es muy importante recuperar esos aspectos

Este recinto se ha caracterizado desde su origen por ser un espacio de encuentro para las propuestas que en un momento dado podrían haber sido llamadas periféricas, término que hoy no es muy viable. Es decir, se trata de un museo de fronteras: entre disciplinas, zonas geográficas de la sociedad, estratos sociales y, por tanto, públicos, explica.

Es extraño que Nancarrow sea considerado un artista de frontera; sin embargo lo es, porque su valor e importancia a escala mundial ya no es discutible. Nosotros quisimos abordarlo porque lo consideramos un autor de frontera: era jazzista y músico contemporáneo, igual también por su aproximación a los recursos mecánicos y su noción, desde luego, de estas posibilidades de que se tocara humanamente su trabajo.

Conlon Nancarrow: 100 años es el título del homenaje que dicho espacio museístico (ubicado en calle Doctor Enrique González Martínez 10, colonia Santa María la Ribera) le tributará este sábado a partir de las 12 y hasta las 21 horas.

El programa –en cuyo diseño colaboraron Rossana Lara y Manuel Rocha, además de Esteban King– incluye conferencias magistrales a cargo de Julio Estrada y Dominic Murcott, este último es el investigador que más ha profundizado en años recientes en el quehacer del autor.

También habrá una sesión de escucha dirigida a cargo de Salvador Rodríguez y un concierto en el que el Ensamble Chamizo interpretará, entre otras piezas, el Septeto y el Trío número 1.

De igual manera, se proyectará el nuevo documental de James Greesons sobre la vida y la obra del compositor, el cual contiene, además de una amplia investigación documental, numerosas entrevistas y la interpretación de algunas de las piezas de Nancarrow que hasta ahora habían permanecido inéditas.

Reconocido sobre todo por su trabajo para pianos mecánicos o pianolas, Conlon Nancarrow nació en Arkansas, Estados Unidos, en el seno de una familia melómana. Estudio piano en sus primeros años, instrumento que luego cambió por la trompeta y con el cual incursionó en el jazz.

Decidió radicar en México desde 1940, luego que el gobierno estadunidense le negó la expedición de su pasaporte, debido a que se afilió al Partido Comunista, en la Brigada Abraham Lincoln, con la cual luchó al lado de los republicanos en la Guerra Civil española.