Se utilizarán para reparar viviendas de damnificados por Sandy
Jueves 22 de noviembre de 2012, p. 27
La Habana, 21 de noviembre. México entregó a Cuba una donación de 163 toneladas de láminas de fibrocemento para techos, destinadas a la reparación de viviendas de los damnificados por el huracán Sandy, informó este miércoles la embajada mexicana.
La ayuda llegó el sábado pasado a bordo del barco Papaloapan de la Armada de México y se descargó el domingo en el puerto de Santiago de Cuba, el punto más castigado por el meteoro, que azotó el oriente del país en la madrugada del 25 de octubre.
El donativo, de 12 mil 620 láminas, responde a las necesidades que el gobierno de Cuba planteó para la atención urgente de alrededor de 200 mil familias
damnificadas, señaló la misión mexicana.
En representación de la embajada de México estuvo el primer secretario Ricardo Sánchez.
Recibieron el donativo María Luisa Bueno, delegada del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, y Roberto Monier, vicepresidente del gobierno provincial de Santiago de Cuba, entre otras autoridades.
Cuba no ha precisado los daños causados por Sandy, pero los informes provisionales apuntan a que fue uno de los desastres naturales más graves de la última década.
De acuerdo con los informes cubanos, la isla ha recibido ayuda humanitaria de Ecuador, Rusia, Surinam y Venezuela. Además, en forma desacostumbrada, el gobierno organizó en la ciudad de La Habana una colecta para ayudar a los damnificados en el oriente del país.
El sistema de Naciones Unidas envió ayuda de emergencia y tiene un plan de 15 proyectos de asistencia para aplicar en las provincias de Guantánamo, Holguín y Santiago de Cuba, las más dañadas.
El plan se ejecutará en un lapso de entre seis y 18 meses, e incluye ayuda en reparación de techos, seguridad alimentaria, suministro de agua y saneamiento, salud y educación.
A consecuencia del huracán, murieron 11 personas y resultaron dañadas más de 130 mil viviendas sólo en la provincia de Santiago de Cuba, así como 42 mil 700 hectáreas de bosques.
La industria azucarera sufrió un severo golpe, con daños en ingenios y cañaverales de la zona, mientras el sistema eléctrico quedó colapsado por la caída de postes y tendidos.