Jueves 22 de noviembre de 2012, p. 2
París, 21 de noviembre. La muerte, hace cinco meses del Solitario Jorge, tortuga gigante de las islas Galápagos, en Ecuador, fue considerada el fin de esa especie; sin embargo, un estudio acaba de revelar la existencia de 17 parientes genéticos de este icono de la lucha por la conservación animal.
El fallecimiento del quelonio, el pasado 24 de junio, “no representa el final de la especie de tortugas gigantes Chelonoidis abingdonii de la isla Pinta”, de donde era originario Jorge, señaló la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) en un comunicado.
Según el reporte, una investigación realizada junto con la universidad estadunidense Yale demuestra la existencia de 17 tortugas con ascendencia
de esa zona, las cuales habitan en el volcán Wolf, de la isla Isabela.
El estudio identificó nueve hembras, tres machos y cinco jóvenes con genes de la especie de tortugas gigantes de la isla Pinta, después de analizar más de mil 600 muestras recogidas en 2008 en el volcán Wolf
, subrayó.
Evalúan programa de reproducción
De acuerdo con los investigadores, el “descubrimiento marca el primer paso hacia la recuperación de la especie Chelonoidis abingdonii, mediante un programa de reproducción y crianza en cautiverio, opción que evalúa la DPNG”.
Jorge, tortuga centenaria, era considerado el último representante de su especie, y su muerte por causas naturales se produjo tras décadas de esfuerzos para que se reprodujera.
Los científicos de Yale compararon el ADN de ese animal y el de especímenes de museo de las tortugas de Pinta con el de ejemplares hallados en Isabela, y plantearon la posible existencia de híbridos adicionales en Wolf, incluso individuos de Pinta posiblemente puros
.
La investigación, cuyos resultados serán publicados en Biological Conservation, sugieren que los quelonios fueron llevados a Isabela en el siglo XVIII por marinos de barcos balleneros que los tiraban cuando ya no los necesitaban como alimento, explicó la DPNG.