Lunes 19 de noviembre de 2012, p. 37
En el AICM confluyen cerca de 25 mil empleados de distintas instituciones y empresas asentadas en la zona federal.
Uno de ellos es Enrique Calderón, segundo coordinador del Centro de Control Operativo del AICM, quien tiene un rosario de anécdotas para contar.
Por ejemplo, dice, cuando en 1999 una aeronave se quedó atorada justo en el espacio en el que aterrizaría el avión de Alitalia que transportaba al papa Juan Pablo II.
El avión que iba a a hacer un traslado se quedó atorado porque se descompuso el tractor; la nave del Papa ya venía en aproximación final, así que ordené que se sacara la aeronave a como diera lugar. Una persona consiguió un tractor, lo conectó y jaló el avión, y el vuelo del Papa aterrizó como estaba previsto
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Lo que más recuerda, asegura, es que ese día demostraron ante la prensa nacional e internacional que esperaba la llegada del Papa que somos expertos, que tenemos los medios para resolver cualquier situación
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En más de un cuarto de siglo al servicio del aeropuerto afirma que su gran satisfacción es que desempeño muy bien mi trabajo y tengo el apoyo de mis jefes
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Por su parte, Roberto (nombre ficticio a petición del entrevistado) llegó hace 32 años a trabajar de maletero, cuando ese oficio todavía convenía y alcanzaba para vivir
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En ese tiempo ha visto cómo la generosidad de la gente –los maletero no tienen sueldo fijo, sólo reciben propinas de los pasajeros– ha ido mermando en relación proporcional al encarecimiento de la vida.
A partir de 1995, cuando la crisis, bajó muchísimo la cantidad de dinero que nos daba la gente. Pero fue a partir de 2000 cuando se vino para abajo todo y así ha sido hasta la fecha
, lamenta.