El ex director de inteligencia niega haber compartido con su amante datos clasificados
Hoy empiezan en el Congreso audiencias sobre la agresión al consulado en Libia
Viernes 16 de noviembre de 2012, p. 35
Washington, 15 de noviembre. El general en retiro David Petraeus declaró hoy que no compartió documentos clasificados con su ex amante y biógrafa, Paula Broadwell, en sus primeros comentarios públicos desde que renunció como director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la semana pasada, tras revelarse su relación extramarital.
En declaraciones a la cadena HLN, de CNN, Petraeus indicó que fue esa relación con su biógrafa la que precipitó su renuncia, no los cuestionamientos sobre el rol de la CIA durante los ataques del pasado 11 de septiembre contra el consulado de Estados Unidos en Bengasi, Libia, en el que murieron cuatro ciudadanos estadunidenses, entre ellos el embajador Christopher Stevens.
No obstante, agentes que pidieron el anonimato dijeron que no descartan la posibilidad de que el ex jefe de inteligencia de Estados Unidos haya entregado material clasificado a Broadwell.
Broadwell, quien no ha sido acusada de alguna actividad ilícita, no ha hecho comentarios.
Fuentes informadas sobre la investigación señalaron que ninguno de los archivos clasificados encontrados en la computadora de Broadwell proviene de la CIA. Al parecer, el material era antiguo y anterior al comienzo del periodo de Petraeus en la agencia de espionaje, el 6 de septiembre de 2011.
Como oficial de reserva del ejército involucrada en inteligencia militar, Broadwell tiene permisos de seguridad para manejar documentos de naturaleza sensible. Con su consentimiento, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) registró el pasado lunes su casa en Charlotte, Carolina del Norte.
Dichos permisos de seguridad con que cuenta no han sido suspendidos, pero podrían ser revocados y afrontar duras sanciones si se determina que no custodió debidamente datos clasificados.
Funcionarios de seguridad creen que es posible que la investigación termine sin la presentación de cargos criminales.
El escándalo también involucró esta semana al general estadunidense John Allen, quien participa en las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán.
Allen prometió responder las interrogantes respecto a lo que funcionarios han descrito como contactos inapropiados
por correo electrónico con Jill Kelley, de Tampa, quien desató el escándalo al quejarse con un amigo de la FBI de que recibió un correo electrónico en el que le exigían alejarse de Petraeus, y que a la postre resultó ser enviado por Broadwell.
La CIA abrió una investigación interna por la dimisión de Petraeus, informó Preston Golson, portavoz de la institución, quien señaló que la investigación es exploratoria y no presupone ningún resultado particular
. La FBI y el Pentágono ya empezaron sus propias pesquisas.
En tanto, legisladores se aprestan a comenzar este viernes las audiencias sobre el asalto al consulado en Bengasi, en las que se espera que testifiquen Petraeus y la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Antes de las revelaciones sobre la relación extraconyugal del ex jefe de la CIA, su comparecencia estaba prevista para este jueves. El Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes informó que el ex director de la CIA prestará testimonio a puerta cerrada este viernes. Tampoco se ha determinado el día para que comparezca Clinton.
La secretaria de Estado tiene intención de hablar ante los comités competentes
, dijo el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner.
La muerte del embajador Stevens arrojó una sombra sobre la política internacional del presidente demócrata Barack Obama, quien fue relecto en los comicios del pasado día 6.
Se acusa a la CIA de erróneamente haber atribuido durante días el ataque a las protestas desatadas en esas fechas en parte del mundo árabe por la aparición en Internet de una película que se mofa del profeta Mahoma.
Los republicanos consideran que el gobierno de Obama intentó ocultar informaciones por cuestiones electorales.
En su primera conferencia de prensa tras la victoria electoral, el miércoles pasado, el mandatario no quiso precisar cuándo fue informado del problema en torno a Petraeus que, según se sabe ahora, llevaba meses siendo investigado.
Su fiscal general, Eric Holder, defendió la toma de decisiones, que –dijo– permitió realizar las investigaciones de forma imparcial
.
Seguimos los hechos. Fuera del Departamento de Justicia y de la FBI no compartimos los hechos de investigaciones en marcha
, subrayó Holder en conferencia de prensa.
El diario The New York Times reveló que el agente de la FBI que comenzó la indagación sobre los correos amenazantes de Broadwell a Kelley fue identificado como Frederick W. Humphries.
De acuerdo con el rotativo, Humphries, de 47 años, es un veterano investigador antiterrorismo a quien su colegas describen de fuerte carácter
, agresivo y con amplia experiencia en la FBI y amigo de la segunda mujer involucrada en este escándalo.
Humphries fue quien envió fotografías de su torso desnudo a Kelley, por lo que fue separado del caso.
Posteriormente, se puso en contacto con el congresista republicano David Reichert, pensando que iba a callarse el asunto. pero el legislador le contó al líder republicano de la Cámara de Representantes, Eric Cantor, quien el 31 de octubre contactó al jefe de la FBI, Robert Mueller. Ocho días después, Petraeus renunció.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, aseguró este jueves que hay que revisar la formación ética de los altos mandos del ejército, por el lío de faldas de Petraeus.
Los escándalos que sacuden a la jerarquía pueden minar potencialmente la confianza en nuestro liderazgo y en nuestro sistema para reforzar nuestros altos estándares éticos
, escribió Panetta en un informe destinado al jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas, el general Martin Dempsey.
Sin embargo, Panetta, quien se encuentra de visita en Tailandia, aseguró que la gran mayoría
de los centenares de generales y almirantes del ejército estadunidense tienen un comportamiento meritorio y valiente.
El jefe del Pentágono indicó que no sabe de ninguna otra persona implicada
en el escándalo de Petraeus.