Eugenia León, Natalia Lafourcade y José Adán Pérez cantaron en el Teatro de la Ciudad
Conmemoraron 112 años del nacimiento de El flaco de oro y 42 de su fallecimiento
Para sorpresa del público, los cantantes hicieron preguntas al cantautor, quien respondió mediante videos
Siento el calor de su presencia, dijo el veracruzano al público y éste le brindó un gran aplausoFoto Cristina Rodríguez
Viernes 2 de noviembre de 2012, p. a10
Solamente una vez amé en la vida, con la dulce y total renunciación...
, cantaron al unísono –la noche del miércoles pasado, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris– Eugenia León, Natalia Lafourcade y José Adán Pérez, así como el público que se dio cita para rendir homenaje al autor de esta letra intensa y sabia, Agustín Lara, El flaco de oro, la cual se sabe o por lo menos tararea la mayoría de los mexicanos, durante un concierto organizado con motivo del 112 aniversario del natalicio del compositor.
Antes de las 20 horas, cita para el inicio del recital, una larga fila esperaba el acceso. Venimos a oír música de nuestros tiempos
, se comentaba entre amigos o familiares. Algunos iban de finas galas; los más adecuadamente presentables, porque no era una noche común y corriente ni un concierto más. No. Se trataba de escuchar algo de lo mejor del famoso músico-poeta veracruzano.
El próximo 6 de noviembre se cumplirán 42 años de su muerte. El concierto fue impulsado por la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano (Sivam), con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, por conducto de su Sistema de Teatros.
La tecnología y el ayer
Puntual, a las 20 horas se inició el programa con Solamente una vez, canción en la que los intérpretes demostraron arte y sus respectivos estilos. Fue un preámbulo, una ubicación de lo que en adelante se apreciaría.
Para sorpresa de los asistentes, cada cantante preguntaba algo y Agustín Lara respondía por medio de la magia del video. Así, Lara fue una cuarta voz, esa noche. Siento el calor de su presencia. Ese calor se convierte en aplausos de mis amigos...
, dijo el veracruzano, y el público ovacionó, en un contacto, en una comunicación más allá del tiempo y el espacio.
Eugenia León interpretó Arráncame la vida, canción que es un grito de entrega, pasional, donde el terreno que se pisa es el arrabal y sus penas.
De principios de los años 20 del siglo pasado es Imposible; correspondió a Natalia Lafourcade hacerle el quite. Su propuesta difiere de la original, pero ella dijo en camerinos a este diario que se trata de cantar con el alma, pues siempre habrá a quienes le guste o no lo nuevo.
Luego, por medio de la tecnología, Agustín cantó Aventurera, producto de sus noches, de las desveladas, del conocimiento de las mujeres que tienen un precio y que dan un valor a su pecado. Las canciones de Lara poseen la fuerza de la calle, de andar a deshoras viviendo experiencias de mesa del rincón, con un whisky o coñac, con un vaso que llora por efecto de los hielos. Esas experiencias se convierten en el misterio que seduce a quien escucha.
Tocó turno al barítono José Adán Pérez, quien entonó María bonita, que El flaco de oro compuso para María Félix, La doña, quien pese a que le dio su amor, también lo hizo sufrir. Sin embargo la conquistó y la hizo suya.
En ese tenor siguió el recital, con Eugenia León y José Adán interpretando Rival, donde los celos son un corazón que no puede controlar sus latidos, sus propias traiciones, composición de cómo sufre un hombre de calle el mal de Otelo, que no distingue raza ni posición social.
En otro dueto, Eugenia y Natalia frasearon Piensa en mí; Natalia se quedó sola con Amor de mis amores y Copla guajira. Volvió Eugenia con Xochimilco.
Siguió Agustín con Farolito, canción de la que contó una anécdota: la compuso a una portera para que lo dejara pasar a dormir al cuarto del cual no había pagado la renta. De ahí que una parte pregunte: ¿Cuántas noches me viste llorando llamar a su puerta?
En una interpretación magistral, Eugenia siguió con Santa; José Adán, en Silverio Pérez, tuvo como fondo una corrida del torero en la Plaza México; entre el público estaban María Félix y al propio Agustín Lara.
Natalia y José Adán subieron el tono de la noche con Mujer. Lafourcade remató el momento con Azul, que es de lo mejor de su nuevo disco. Granada, con José Adán, fue una vuelta al pasado. Eugenia alargó lo emotivo con Noche de ronda, donde su voz alcanzó agudos, la verdad, muy buenos.
En un casi final, todos cantaron –de nuevo– Solamente una vez. Los aplausos no cesaban, ni las ganas de seguir oyendo esa música de ayer, sempiterna, de noches de lunas de plata.
Al final, como un regalo, dos integrantes de Sivam cantaron dos piezas que fueron muy bien recibidas. Se reconoció la labor de Por un México con Música, proyecto de expresión y desarrollo cultural, cuya presidencia está a cargo de Lorenza Azcárraga.
Por un México con Música se fundó hace cuatro años. En el escenario, la presidenta de Sivam, fundada en 1996, Pepita Serrano, agradeció el apoyo de Lorenza Azcárraga.